Caprichos de juez de l¨ªnea
Apenas restan once jornadas para finalizar el campeonato y parece que el Bar?a se mantiene firme en sus trece: no piensa pedir perd¨®n, ni entregar las armas, ni mucho menos disolverse, como abiertamente se le solicita ya desde algunos sectores m¨¢s o menos moderados del nacionalmadridismo. ¡°?Est¨¢n comprando ¨¢rbitros con sandwicheras!¡±, insiste un buen amigo m¨ªo nada m¨¢s terminar el partido en el Mart¨ªnez Valero. El mensaje incluye un pantallazo de la noticia, un meme de Laporta bebiendo champ¨¢n y hasta una promoci¨®n antigua de un peri¨®dico deportivo catal¨¢n, aquella de la archifamosa cubitera de hielo.
Son tiempos dif¨ªciles para el barcelonismo, la socialdemocracia y una Liga de la Justicia que no levanta cabeza desde que alguien pensara en Ben Affleck para interpretar el papel de Batman, una decisi¨®n tan desconcertante como la de contratar los servicios del vicepresidente del CTA o dejar que el nombre del club se siga maltratando sin aportar una sola explicaci¨®n a lo ocurrido, posiblemente porque lo ocurrido tenga muy mala explicaci¨®n y parecer intrigante ofrece r¨¦ditos m¨¢s inmediatos que resultar cre¨ªble. Tanto es as¨ª que, al menos de momento, una parte importante del barcelonismo parece aceptar, sin demasiadas reservas, la tesis de la Gran Conspiraci¨®n. ¡°A veces tienes que dar un salto de fe, la confianza llega m¨¢s tarde¡±, dec¨ªa un Superman que sab¨ªa volar y, por lo tanto, se pod¨ªa permitir el lujo de apurar cualquier espera.
Ganar esta Liga tendr¨ªa un efecto bals¨¢mico, ahora que arrecia la tormenta. Los m¨¦ritos del equipo de Xavi son tan evidentes ¨Cy lo m¨¢s importante, tan recientes¨C que solo desde el mal perder se pondr¨ªa en duda el resultado final de la competici¨®n. Celebrar el t¨ªtulo y abandonar la cantinela de la desestabilizaci¨®n incluso podr¨ªa derivar en una petici¨®n de explicaciones que resultar¨ªa de lo m¨¢s oportuna. A fin de cuentas, nadie quiere entregarse a la caza de cupones para el nuevo albornoz del Bar?a con miedo a compartir caprichos estivales con un juez de l¨ªnea o, peor todav¨ªa, comprar a un ¨¢rbitro.