Camavinga en los partidos de pantal¨®n largo
Victoria inapelable es un latiguillo tan viejo como el f¨²tbol y viene al pelo para describir la victoria del Real Madrid en Girona, nada menos que un 0-3 contra el sorprendente l¨ªder del campeonato. Detr¨¢s del resultado, que se cocin¨® a fuego r¨¢pido en el primer tiempo, se adivin¨® otra historia, preocupante en algunos aspectos para el Madrid.
Ancelotti eligi¨® a Camavinga como lateral izquierdo, tal y como se sospechaba desde los primeros embates de la temporada. La derrota en el derbi acentu¨® la sensaci¨®n de incertidumbre en una posici¨®n b¨¢sica en el Madrid. Si la historia nos dice algo, es el equipo de Gordillo, Roberto Carlos y Marcelo, casi cuatro d¨¦cadas de laterales m¨ªticos, de largu¨ªsima duraci¨®n y una influencia en el juego de ataque pocas veces vista en el f¨²tbol.
Ferland Mendy tiene fama de especialista defensivo. Fran Garc¨ªa es un atacante por naturaleza. No logran el equilibrio necesario en una posici¨®n que esta temporada parece m¨¢s expuesta que nunca al fuego rival. Es el problema del actual rombo del Madrid, con Bellingham en el v¨¦rtice delantero. El Girona, como el Atl¨¦tico de Madrid, atac¨® por las alas, con prioridad a la derecha, donde Tsygankov y el ¨¢gil Yan Couto le dieron unos infernales primeros minutos a Camavinga. A Kroos no le daba el cuerpo para acudir a ayudarle.
Camavinga no es lateral, ni lo pretende. Prefiere una posici¨®n m¨¢s aristocr¨¢tica en el medio campo, pero hace tiempo que comenz¨® a aprender las realidades del f¨²tbol. Didier Deschamps, seleccionador franc¨¦s, le ubic¨® en el lateral izquierdo durante el Mundial, por necesidades del guion, parecidas a las del Real Madrid en la temporada 2022-23. No s¨®lo funcion¨® bien, sino que result¨® imprescindible.
Como el partido contra el Girona ten¨ªa mucha miga, Ancelotti reclam¨® de nuevo a Camavinga. En el banco se sentaron Fran Garc¨ªa y Mendy. La decisi¨®n puede interpretarse como un aviso para navegantes: cuando lleguen los Alpes de la temporada, Camavinga tiene m¨¢s posibilidades que nadie de jugar en el lateral izquierdo, le guste o no le guste.
El Madrid resolvi¨® con dos goles sus dos primeros ataques, despu¨¦s de aguantar a duras penas el vendaval del Girona, que confirm¨® los elogios con incesantes llegadas al ¨¢rea, un remate al palo y el error en el sencillo cabezazo de Yangel en el primer minuto del encuentro. El Madrid achic¨® agua como pudo y aprovech¨® su primera oportunidad, concedida por el oxidado Blind. Ni reaccion¨® para interceptar el excelente pase cruzado de Bellingham, ni resisti¨® la carrera de Joselu, que m¨¢s o menos es de la generaci¨®n del holand¨¦s, pero esprint¨® como un chaval.
El efecto del gol fue desmoralizador para el Girona. Recibi¨® el segundo poco despu¨¦s, en otra demostraci¨®n de pasividad de Blind frente a Tchouameni, que cabece¨® con una comodidad infrecuente en Primera Divisi¨®n. Blind fue el eslab¨®n d¨¦bil del Girona. Se intu¨ªa desde el comienzo del campeonato.
M¨¢s tarde, bien entrado el segundo tiempo, el Madrid marc¨® el tercero. Bellingham, por supuesto. Result¨® interesante la posici¨®n defensiva del equipo. Record¨® al reciente partido contra la Real Sociedad, que acab¨® con el Madrid guardando la ropa en su ¨¢rea, en esa disposici¨®n que ahora se define como bloque bajo. Baj¨ªsimo, m¨¢s bien. Con el rombo en el medio campo, el Madrid no logra mantener una presi¨®n digna de tal nombre durante todo el partido. Los laterales quedan expuestos, los interiores sufren para ayudarles y las grietas se abren peligrosamente por los dos costados. Acularse, juntar l¨ªneas, tirar de Camavinga como lateral en los partidos de pantal¨®n largo y cazar contragolpes. Es la tendencia que asoma en el Madrid.