Calendario y fe
Si los fieles futboleros construy¨¦ramos un templo com¨²n, un Stonehenge de muchos colores para celebrar nuestra creencia en los inescrutables (y a veces crueles) designios del bal¨®n, muchas ser¨ªan las fechas se?aladas que en ese lugar se celebrar¨ªan con grandes fastos. El d¨ªa del comienzo del campeonato, por supuesto, deber¨ªa ser fiesta mayor, as¨ª como todos los domingos habr¨ªan de ser igualmente festivos. El 30 de junio se erigir¨ªa en algo as¨ª como el solsticio del mercado, esa fecha se?alada en los textos m¨¢s sagrados del f¨²tbol contempor¨¢neo¡ªlos contratos¡ª, a partir de la cual, como en un carnaval permanente, las identidades de tantos y tantos futbolistas cambiar¨¢n de pronto. Ya saben: nuevos fichajes que fueron del Madrid o del Betis desde peque?os, aunque hasta ahora jugaran para el eterno rival.
En esa religi¨®n com¨²n el mes de julio, en el que entramos, ser¨ªa algo as¨ª como un ramad¨¢n futbolero: tiempo de abstinencias y meditaci¨®n, par¨¦ntesis necesario para recobrar la fe que se desgasta en el d¨ªa a d¨ªa. En ese tiempo, el calendario de la siguiente liga se observar¨ªa por cada fiel como una promesa feliz de tiempos mejores. Al fin y al cabo, ?no es eso a lo que nos dedicamos ahora que el bal¨®n descansa?
Incluso aquellos que saben que les quedan por ver menos temporadas de las que han vivido, y que ya hace tiempo que miran alrededor con el descreimiento que otorga tener una cierta edad, a¨²n se sienten renovados al observar el calendario virgen de resultados. El d¨ªa que se publica en prensa, todo hincha pasa sus horas leyendo el calendario jornada a jornada e imaginando resultados perfectamente posibles para su equipo. Incluso cuando el a?o anterior se hayan salvado por los pelos del descenso, el hincha va viendo los rivales que les ir¨¢ tocando enfrentar y cree ahora perfectamente posible que su equipo gane todos y cada uno de los partidos. He ah¨ª el rito de renovaci¨®n: para su asombro, cada julio sale de nuevo el sol en el coraz¨®n del aficionado, que acudir¨¢ en agosto al estadio como si fuera su primera vez. El milagro del eterno retorno.