Butarque, territorio de lo ¡®random¡¯

Yo, que nac¨ª en los 80, miro el vocabulario juvenil con mezcla de rechazo y fascinaci¨®n. Pero uno de esos neologismos me flipa, que dir¨ªan en mi ¨¦poca: random. Si mientras lee esto no sabe qu¨¦ significa, se lo explico. Random viene a ser ¡®aleatorio¡¯ en ingl¨¦s. Aunque el ¡®spanglish¡¯ le da un valor a?adido: ¡°sin l¨®gica aparente¡± o ¡°fuera de contexto¡±, me aclara Chat-GPT cuando le pregunto. Tiempos modernos. Tambi¨¦n lejanos, extra?os. En el Legan¨¦s, aclaro.

Los pepineros se est¨¢n transformando en un club cada vez m¨¢s mon¨®tono, lineal y ¡°fuera de contexto¡±. Cada vez m¨¢s random. Las ¨²ltimas decisiones de su propiedad (una pol¨ªtica comercial m¨¢s centrada en el fan puntual que en el de toda la vida, la ofuscaci¨®n por una exposici¨®n internacional desnaturalizada, el l¨ªo del relevo en la direcci¨®n deportiva¡­), est¨¢n desnudando a la entidad de unas esencias que lo hac¨ªan especial para su ciudad y aficionados y, de paso, para el resto del planeta. Ahora ya no es as¨ª. El Lega ya no es aquel obrero entre gigantes que tanto gustaba, sino un equipo m¨¢s. Esp¨ªritu fl¨¢cido que incluso en las gestas m¨¢s ¨¦picas (como ganarle al Bar?a en Montju?c) se ha diluido hu¨¦rfano de sus or¨ªgenes. Ojal¨¢ hoy se repita otra sorpresa ¡°sin l¨®gica aparente¡±, aunque eso no evite que este Lega sea un club cada vez m¨¢s random.

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