Nuestro perro de caza y el fr¨ªo
¡°Por San Sebasti¨¢n, le tiembla la cola al perro¡±. Cuanta sabidur¨ªa encontramos en nuestro refranero. As¨ª es, el fr¨ªo ya ha hecho acto de presencia y la nieve junto con las heladas, visten de g¨¦lidos blancos nuestro campo.
Enero y su temida cuesta, se preparan para despedirse y con ello, tambi¨¦n rematamos los ¨²ltimos d¨ªas de la temporada general de caza. Eso s¨ª, abrigados.
Nieve, lluvia, viento, que ahora le ponen nombre y apellidos, cuando de toda la vida, en enero ha hecho frio, en julio nos cocemos y ¡°por San Blas, la cig¨¹e?a ver¨¢s¡±.
Ahora toca ver al ¡°grajo volar bajo¡± y sobre todo abrigarse, m¨¢s si cabe, a la hora de salir al campo a disfrutar de una jornada de caza. Y si vamos con nuestros fieles compa?eros de caza, debemos ser precavidos con los efectos que las bajas temperaturas, puedan tener en los perros.
Los efectos del fr¨ªo en nuestros canes pueden ser muy diversos seg¨²n la raza, los h¨¢bitos de vida, las costumbres¡ Un perro de caza puede convivir perfectamente con nosotros, de hecho, para la gran mayor¨ªa de los cazadores, su perro de caza es, adem¨¢s, su perro es el compa?ero y guardi¨¢n de los m¨¢s peque?os de la casa.
Nuestro perro de caza es mucho m¨¢s que un mero acompa?ante en nuestras jornadas cineg¨¦ticas, es un miembro m¨¢s de nuestras familias, son parte de nuestras vidas. Y como tal, preservamos siempre por su bien estar y nos deleitamos en cada uno de sus cuidados.
Pero ojo, cuidado con el fr¨ªo. Si el perro est¨¢ fuera en un d¨ªa muy fr¨ªo, deberemos procurar que realice el suficiente ejercicio f¨ªsico para que su salud no se vea afectada. Tenemos que ser conscientes de que el animal puede llegar a la hipotermia, lo cual resulta muy peligroso incluso llegando a la muerte del perro.
Para saber si nuestro can est¨¢ entrando en hipotermia, la forma m¨¢s fiable es medirle la temperatura (que nunca deber¨¢ bajar de 32?C). Evidentemente, en el campo esto resulta harto complicado, por lo que podremos observar otros s¨ªntomas como el enfriamiento generalizado, la disminuci¨®n del ritmo respiratorio, un pulso d¨¦bil, arritmias card¨ªacas¡ Ante cualquiera de estos s¨ªntomas, tenemos que trasladar de inmediato al animal a un lugar c¨¢lido y seco, arrop¨¢ndolo con mantas y d¨¢ndole todo el calor posible en el tronco (no en las extremidades).
Otro problema no menos importante y a la vez muy preocupante, es el de la congelaci¨®n, que afecta a las orejas y al rabo principalmente. En el caso de que se produzca, la trataremos como si de una herida profunda se tratara tras descongelar la zona sin retirar el tejido afectado (si podemos evitar tocarlo, es lo ideal), ya que sirve para que proteja la zona interior. En este caso, el veterinario le tratar¨¢ con antibi¨®ticos.
Y al igual que ocurre con las personas, el problema m¨¢s com¨²n del fr¨ªo son los catarros y la tos. En los perros, el catarro suele venir acompa?ado de estornudos, picor, secreciones nasales¡ En cuanto a la tos, recurriremos a su veterinario para que determine su origen y as¨ª poder frenarla.
Por otro lado, conviene se?alar la necesidad de tener especial cuidado con la nieve ya que, a pesar de que la gran mayor¨ªa de los perros disfrutan jugando con ella, lo cierto es que puede provocar serias lesiones en sus almohadillas. As¨ª que, cuidado¡
En lo que a alimentaci¨®n de nuestros perros se refiere, bien para los perros que viven fuera, como para los que lo hacen dentro, es fundamental regular el aporte de nutrientes durante los meses de fr¨ªo, incrementando la cantidad de comida o incluso enriquecerla con alguna grasa, lo que iremos haciendo de forma paulatina y nunca de una sola vez.
Si nuestro perro debe vivir en el exterior, es necesario que le tengamos con mejores condiciones cuando las temperaturas bajan. En un recinto cerrado y vallado, protegido del viento y lluvia y siempre con una caseta en el interior. Si el perro est¨¦ suelto en el exterior, deberemos proporcionarle de la misma manera una vivienda, siempre teniendo en cuenta el tama?o del animal y elevada del suelo.
Para los perros que conviven en el interior de nuestro hogar, es mucho m¨¢s sencillo, tan solo buscarles un espacio adecuado en casa, donde colocaremos su manta o colchoneta. Este lugar no debe ser muy cercano a los radiadores o a las fuentes de calor, puesto que lo m¨¢s importante para el animal es evitar los cambios bruscos de temperatura.
Nuestro perro de caza, es uno m¨¢s de la familia¡ ?Salud y buena caza!