Qu¨¦ son las neuronas espejo y c¨®mo influyen en el rendimiento

Al empezar a leer sobre las neuronas espejo no puedo evitar pensar en el refranero¡­ Dime con qui¨¦n andas y te dir¨¦ c¨®mo eres. A lo largo de nuestra vida, el fen¨®meno de la imitaci¨®n y la mimesis se deja notar de diferentes maneras y expresiones. Y lo cierto es que s¨ª. Existen las neuronas espejo, capaces de reproducir en nosotros emociones o reacciones que provienen del exterior.

Sin ir m¨¢s lejos, el Bernab¨¦u fue un buen ejemplo de lo que puede suponer una peque?a onda expansiva de emociones de ilusi¨®n y ambici¨®n que aficionados madridistas y equipo se contagiaron mutuamente. Una fuerza que no supo neutralizar el Bar?a en el cl¨¢sico celebrado ayer con un 3 a 1 a favor del conjunto blanco. Pero volvamos al principio.

De la activaci¨®n que se produce en estas neuronas surge lo que podemos denominar empat¨ªa y, por supuesto, conexi¨®n o contagio. Ll¨¢malo x, porque seguro que me entiendes con estas situaciones que t¨² tambi¨¦n habr¨¢s vivido. Por ejemplo, cuando veo una escena en una pel¨ªcula (un abrazo emotivo entre sus protagonistas), me contagio de esa misma emotividad. Lo mismo me sucede cuando veo por la televisi¨®n una cat¨¢strofe natural y me sobrecojo al ponerme en el lugar de lo que deben estar sintiendo las v¨ªctimas. Siento tristeza, aunque est¨¦ a miles kil¨®metros y no las conozca.

Las neuronas espejo nos ayudan a ponernos en la piel de. En el lugar de. Y eso es sumamente importante a lo largo de nuestra vida. Gracias a las neuronas espejo se produce lo que podemos llamar contagio emocional, un cambio en nuestro estado emocional que ocurre como consecuencia de las emociones que otros transmiten.

Es important¨ªsimo destacar que ese poder contagiador viaja en las dos direcciones: hacia lo positivo y hacia lo negativo. Hacia lo positivo cuando nos contagiamos o contagiamos de ilusi¨®n, bondad, energ¨ªa y buen rollo. Hacia lo negativo cuando nos dejamos llevar por la apat¨ªa, la tristeza o la desconfianza.

La neurociencia ha demostrado que quienes comparten espacios de relaci¨®n, en cualquier ¨¢rea (social, laboral, deportiva, etc.) acaban compartiendo tambi¨¦n los estados de ¨¢nimo y las emociones de las personas que est¨¢n a su alrededor gracias a ellas: las neuronas espejo. Como una especia de poder sincronizador entre quien emite esas se?ales y quien las recibe.

Yo misma lo he experimentado en primera persona y con los deportistas con los que trabajo a lo largo de mi carrera. He visto muchos comportamientos generados por ese intercambio de emociones que surge de lo m¨¢s diminuto de una neurona. Deportistas que en un entorno determinado replicaban actitudes y emociones generadas fuera. Es decir, en su equipo, en su entrenador, en su entorno familiar. Y hay que tener cuidado: porque si ese entorno no posee la fuerza o determinaci¨®n necesarios, el deportista tampoco lo har¨¢.

Por el contrario, cuando una persona o deportista se muestra determinada, serena e ilusionada, esas mismas emociones se trasladar¨¢n al resto de sus compa?eros o equipo. Cuando alguna vez decimos aquello de ¡®se ha echado el equipo a las espaldas¡¯ estamos describiendo una situaci¨®n similar en la que la actitud de un jugador ha sido clave para modificar la confianza del resto del equipo y, por extensi¨®n, revertir inercias que pod¨ªan entorpecer la victoria.

Cuando compartimos espacios, metas, etc., y somos conscientes del poder que tienen las emociones propias en los dem¨¢s podemos romper con c¨ªrculos viciosos creados por ese mismo contagio emocional. Lo mismo cuando entendemos el poder las emociones ajenas en uno mismo.

Las neuronas espejo son las responsables de que podamos aprender nuevas habilidades por imitaci¨®n individual (lo que vemos en nuestros compa?eros o entrenador) y, como coment¨¢bamos antes, para entender las acciones, emociones e intenciones de las personas que nos rodean y no dejarnos caer, por ejemplo, en el enfado (si te interesa, aqu¨ª puedes leer algunas claves para gestionarlo).

Lo curioso es que las neuronas espejo, en el deporte, como en la vida, no solo nos ¡®contagian de¡¯. Nos ayuda a anticipar acciones gracias a ese poder de mimesis que nos permite entender qu¨¦ o c¨®mo reaccionar¨¢ la persona que tenemos delante antes de que reaccione. Por ejemplo, un portero puede anticipar por d¨®nde le tirar¨¢n un penalti.

En definitiva, un universo de informaci¨®n que, si sabemos, podemos codificar y hacer que juegue a nuestro favor.