La derrota nuestra de cada d¨ªa
¡°He fracasado una y otra vez en mi vida y por eso he tenido ¨¦xito¡±, Michael Jordan.
¡°He fallado m¨¢s de 9.000 lanzamientos en mi carrera deportiva. Perd¨ª m¨¢s de 300 partidos. En 26 ocasiones me dieron la confianza de lanzar el tiro vencedor y lo fall¨¦. He fracasado una y otra vez en mi vida y por eso he tenido ¨¦xito¡±, Michael Jordan.
Existen derrotas que saben el doble a derrota. Derrotas que conducen al deportista y/o al equipo a lo m¨¢s hondo del pozo. Fallos que, en lugar de agitar y revolucionar, condenan al bloqueo mental y f¨ªsico prolongado. No es un caso aislado. Es algo com¨²n. Y como tal deber¨ªamos gestionarlo.
Otro tema es que, adem¨¢s de perder, un deportista o equipo sepa perder. Aceptar, entender y no perder la capacidad cr¨ªtica que, pese a la tristeza, te hace ver con clarividencia que no eres merecedor de ese triunfo no es f¨¢cil. El caso de Francia, que tras perder la final del Eurobasket no se qued¨® a la entrega de trofeo a Espa?a, ilustra desgraciadamente, que el trago siempre es m¨¢s amargo de lo que esperamos. A nadie le gusta perder y eso nos genera frustraci¨®n, enfado y algunas veces incluso genera miedo de cara a la siguiente competici¨®n.
De hecho, en deporte, el miedo se traduce en derrota de forma m¨¢s evidente que en cualquier otro ¨¢mbito. Algo que bien supo ver Rudy ¡°simplemente, hay que salir a jugar pensando que vas a ganar. Y as¨ª pues hasta que nos echen. Luchar.¡±
Muchos deportistas, secuestrados por el miedo y la posibilidad de perder, pasan d¨ªas sin dormir o sienten dolor en lesiones que cre¨ªan superadas. La angustia les devora y el miedo al fracaso les impide concentrarse en la prueba, partido o competici¨®n. Entonces sucede. Derrota. Y despu¨¦s de la derrota, una nueva derrota.
Una derrota puede generar un ruido medi¨¢tico capaz de emborronar el objetivo: la victoria. Un ruido que, en la pr¨¢ctica, embarra el camino, que lo contamina. El mismo ruido que acompa?¨® a la Selecci¨®n Espa?ola tras la derrota en el Mundial 2018. El miedo a fallar es tambi¨¦n miedo a defraudar. Y lo peor: el miedo a fallar impide disfrutar del deporte y hace que la competici¨®n se convierta en un aut¨¦ntico suplicio.
El miedo al ¨¦xito y al fracaso son las dos caras de una misma moneda, tanto si tenemos miedo al ¨¦xito como miedo al fracaso, nuestra mente nos va a paralizar. ?Qu¨¦ podemos hacer para alejarnos de ese run-run? Cambiar el mindset, es decir de mentalidad: hemos venido a esta vida a aprender, a mojarnos, a probar, no a ser perfectos todo el rato. Uno aprende cometiendo errores, arriesg¨¢ndose, movi¨¦ndose. El aprendizaje es din¨¢mico, la perfecci¨®n es est¨¢tica y limitante.
Tener una buena gesti¨®n de los errores es el factor que marca la diferencia en el desarrollo de una carrera profesional deportiva exitosa. Entre los que ascienden y los que descienden. Por eso lo primero que tenemos que tener claro es que no es lo mismo trabajar desde la m¨¢xima exigencia y el perfeccionismo que desde la excelencia.
Ser excelente, no perfecto
La excelencia no busca la perfecci¨®n. Cuando buscamos ser excelentes, podemos permitirnos el lujo de fallar. Porque si aprendemos desde el error mejoraremos y creceremos. Cuando nos dejamos llevar por el perfeccionismo, nos estamos acercando de forma peligrosa a un muro de presi¨®n (hacer las cosas de forma perfecta). La diferencia es importante.
Ya lo dijo la intr¨¦pida aviadora Amelia Earhart: ¡°La manera m¨¢s efectiva de hacer algo es hacerlo¡±. Y d¨¦cadas despu¨¦s esa esencia tambi¨¦n respira en una de las m¨¢ximas de Mark Zuckerberg: ¡°Hecho es mejor que perfecto¡±. Y lo es. El perfeccionismo no es un camino para la mejora, sino m¨¢s bien una trampa que nos inmoviliza. Ese est¨¢ndar de calidad so?ado es imposible de alcanzar por lo que el deportista debe tener claro que no debe luchar para ser perfecto, sino para ser mejor.
Un piloto, un futbolista, un tenista, podr¨¢ marcarse un partido perfecto. Pero el ¨¦xito no pertenece a quien no comete errores, sino a quien aprende de ellos y se esfuerza en mejorar. Dicho de otra forma: los resultados no convierten en campe¨®n a un deportista. Lo hace su capacidad para aprender de los propios errores y sus ganas de seguir luchando hacia el ¨¦xito. Porque, al final, los errores (por muy t¨®pico que nos suene) son las pistas que te dicen por d¨®nde debes encaminarte para seguir mejorando. El fallo es un genial feedback v¨¢lido. Superarnos no es no fallar, sino esforzarnos en ser mejores, incluso en la derrota.
As¨ª que prueba, lanza, intenta ser tu mejor versi¨®n, pero no tu versi¨®n perfecta. Esa no existe y solo te restar¨¢ productividad y eficiencia. Lanza, prueba, arriesga y vence el miedo de no llegar, sintiendo que es el camino lo verdaderamente interesante. Ya lo dijo Nelson Mandela: ¡°El coraje no es la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre ¨¦l. Un hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel que lo conquista¡±.
Para todas aquellas personas que quieren aprender a deshacerse de los l¨ªmites, este podcast de Imparables puede ser de gran ayuda. Recuperamos un bloqueo del tenis m¨ªtico de los 90 y c¨®mo -y qui¨¦n- lo deshizo a su favor y cuyo t¨ªtulo ya es una declaraci¨®n de intenciones: La vida te pone obst¨¢culos. Tus pones los l¨ªmites. ?Dale al play!