Descaste, ?s¨ª o no?

El calor empieza a cambiar el decorado de nuestros campos, los tonos del Pantone han tornado de verde a amarillo y se hace evidente la falta de agua. La caza en el periodo estival del jabal¨ª y del conejo, popularmente conocida como descaste, se ha convertido este a?o en un menester sine qua non.

Una de las graves consecuencias que la pandemia ha tra¨ªdo, en cuanto al campo se refiere, es la superpoblaci¨®n de especies, pues las restricciones de movilidad de los cazadores y la p¨¦sima (por no decir nula) gesti¨®n por parte de los se?ores que nos gobiernan han hecho que la densidad de especies, como la del lagomorfo, se multiplicase por cuatro, y cuyo resultado no fue otro que el que se ven¨ªa avisando: grav¨ªsimos da?os agr¨ªcolas por conejos y jabal¨ªes, entre otros, y un aumento considerable de accidentes de tr¨¢fico producidos por animales de caza.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n indica que, en nuestro pa¨ªs, el 87 % del territorio est¨¢ declarado como cineg¨¦tico: un total de 43,8 millones de hect¨¢reas, divididas en 32.817 cotos de caza que, en a?os normales, suelen cazar m¨¢s de 20 millones de ejemplares de caza menor y m¨¢s de 600.000 de caza mayor. En los dos ¨²ltimos a?os, no.

Respecto al aumento de accidentes tr¨¢fico por colisiones con animales, los datos lo dejan muy claro, pues el 85% han sido causados por especies cineg¨¦ticas seg¨²n los datos de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico. De esta forma, en el a?o 2006 hubo 10.436 accidentes; en 2010, 15.875 siniestros; 18.454 en el a?o 2015, y en 2018 aumentaron las cifras hasta los 28.139 accidentes. ?Una barbaridad!

El descaste de conejos es una buena pr¨¢ctica como modalidad de caza, centrada en controlar la densidad de poblaciones y prevenir explosiones demogr¨¢ficas de esta especie que puedan causar verdaderos da?os en la agricultura.

Esta modalidad de caza est¨¢ actualmente cuestionada y no exenta de controversia. Lo que no debemos hacer es convertirla en una pr¨¢ctica sistem¨¢tica.

Los cazadores, y m¨¢s en los tiempos en los que vivimos, debemos practicar una caza basada en criterios t¨¦cnicos, y de ah¨ª la importancia de la ordenaci¨®n cineg¨¦tica como tal. Es decir, la caza de manera sostenible como herramienta de conservaci¨®n.

La pr¨¢ctica de un descaste irresponsable nos puede dejar sin piezas para la temporada general, e incluso con la poblaci¨®n bajo m¨ªnimos. Por ello, debemos ser conocedores del estado de la poblaci¨®n antes de cazarla y ajustarnos a los m¨¦todos y cupos m¨¢s adecuados para nuestros objetivos de gesti¨®n.

Todo cazador que comience su actividad en el descaste no solo debe aprender las t¨¦cnicas y precauciones que debemos poner en pr¨¢ctica en el campo, sino tambi¨¦n a preparar las piezas cobradas, algo importante pues los cazadores comemos la carne de la caza que abatimos y no debemos descuidar las capturas en esta ¨¦poca de calor, ya que se echar¨ªan a perder: destripar los conejos cobrados y guardarlos adecuadamente para evitar las moscas es algo imprescindible.

El descaste es una modalidad perfecta para aprender, para cazar con padres y maestros de la menor y, sobre todo, para disfrutar del campo, pero hay que extremar las precauciones. El calor y las garrapatas ser¨¢n nuestro quebradero de cabeza y debemos aprender a convivir con ambos. No debe faltar el agua fresca en el morral, un buen producto antimosquitos y garrapatas, y una buena gorra o sombrero que nos proteja de don Lorenzo (que pega con justicia). No se debe cazar m¨¢s all¨¢ de la media ma?ana, antes de que empiece a apretar, y por la tarde lo haremos a ¨²ltima hora, cuando ya no pega tanto el sol.

Y como en todas las profesiones hay ovejas negras, en la nuestra, tambi¨¦n las hay. Con esto quiero decir que hay cazadores que solo ven el descaste de conejos con af¨¢n de descargarse, pegar unos tiros y quitarse las ganas, pero bien es cierto que hay zonas en las que el descaste es justo y necesario por la gran densidad de lagomorfos.

Feliz fin de semana.