Bernab¨¦u, te necesito

Naufragio total.- El campe¨®n tir¨® prestigio en el Emirates con una actuaci¨®n desesperante, indolente y alejada de lo que debe ped¨ªrsele al ¨²nico equipo que tiene 15 coronas y que ha sido capaz de coleccionar seis t¨ªtulos en los ¨²ltimos once a?os. Un Madrid sin orgullo, entreguista, sin capacidad de reacci¨®n, sin rebeld¨ªa en los momentos en los que los golazos de Rice y Merino le llevaron a la lona... En Londres, la ciudad m¨¢gica de la 15 hace apenas diez meses, el Madrid se arrastr¨® de mala manera con un segundo tiempo infame que abre heridas y debates. No es normal que el Madrid s¨®lo chutase una vez con peligro entre los tres palos ni que Rice metiese dos goles antol¨®gicos de falta... siendo los primeros de toda su carrera con esa suerte del f¨²tbol. El Madrid no tuvo hambre y firm¨® el 0-0 al descanso como si fuese una conquista, sin darse cuenta de que los gunners hab¨ªan estado timoratos por el respeto que despiertan los blancos en esta competici¨®n. Craso error.

Las estrellas, estrelladas.- El Madrid tiene un tridente que es top mundial, con un cuarto tenor de altura como es Bellingham. Pues hay que exigirles que hagan en la vuelta el quite del perd¨®n porque su partido fue desastroso, predecible, sin filo, sin hilvanar una sola jugada, sin dar nunca sensaci¨®n de peligro ante un David Raya que tuvo una noche pl¨¢cida. Vinicius no dio una a derechas (ni a izquierdas), Mbapp¨¦ tuvo un mano a mano que desperdici¨® chutando al mu?eco, Rodrygo lo intent¨® demasiado lejos del ¨¢rea y no le sali¨® nada, el propio Jude corri¨® como siempre, con compromiso, pero apenas aport¨® nada a la causa... Un tridente aspirante a ganar Balones de Oro no puede firmar una actuaci¨®n tan triste en una noche que iba a ser presuntamente de luces. No les reconozco. Fue tremendo no verles un gesto de rabia tras el 3-0, esos que ve¨ªamos a Cristiano en aquellos maravillosos a?os...

Courtois y diez m¨¢s.- Y eso que el gigante belga evit¨® un descalabro mayor y de dimensiones siderales. Hizo media docena de paradas antol¨®gicas, pero no pudo llegar a las dos obras de arte de Rice ni al tiro ajustad¨ªsimo de Mikel Merino. Que al Madrid le metan tres goles y aun as¨ª sea tu portero la figura del equipo habla muy mal de la tropa de Ancelotti, que firm¨® su mayor naufragio europeo desde aquel 4-0 del Etihad ante el City hace un par de temporadas.

Orgullo vikingo.- Ahora s¨®lo veo una nube negra y no estoy para arengas emocionales imaginando una vuelta m¨¢gica en ese Bernab¨¦u que siempre crea un embrujo que engulle a los rivales. Pero me conozco y s¨¦ que a partir de ma?ana empezar¨¦ a buscar en el disco curo de mi blanca memoria los registros emocionales que tengo de aquellas remontadas ante el Derby County, el Anderlecht, el Inter, el Borussia M?nchengladbach, el Wolfsburgo, el PSG, el Chelsea, el City o el Bayern. A todos ellos les he visto sucumbir en el Bernab¨¦u a pesar de aterrizar en el santuario de La Castellana con un marcador muy favorable. Pero ah¨ª se met¨ªan 100.000 almas blancas (ahora 80.000) y ah¨ª pasan cosas que tienen cabida estelar en el Cuarto Milenio de Iker Jim¨¦nez. La comuni¨®n entre los jugadores y la afici¨®n debe ser total. Pero para que eso ocurra las estrellas deben cambiar el chip. Ya est¨¢ bien de vivir de la fama, del glamour y de creerse los due?os del mundo. Si lo parecen no es por ellos, sino porque juegan con la camiseta del mejor equipo de la historia del f¨²tbol. Es el Madrid el que les honra a ellos acogi¨¦ndolos y no al rev¨¦s. Me irrita el dolor de esos 3.000 madridistas que se dejaron los ahorros para animarles y recibieron en las gradas del Emirates tan poco a cambio. Bernab¨¦u, te necesitamos. Dales una lecci¨®n a estos cracks y que entiendan que en la vuelta deben morir por la causa. ?So?emos con lo imposible!

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