Bendiciones disfrazadas
Si Butrague?o cuando se paraba en el 芍rea era capaz de irse a tomar un caf谷 y volver para acabar de marcar el gol, Camavinga lo mismo se va de retiro espiritual cada vez que pisa la pelota y empieza a armar una nueva jugada. Nunca se pone nervioso, no pone cara de esfuerzo y jam芍s se le ve contrariado. Ni cuando a lo mejor tendr赤a motivos para estarlo. Solo hay una cosa mejor que nunca cometer errores: cometerlos y que la gente no se acuerde de ellos. Camavinga es todo lo que un d赤a George Lucas so?車 con Jar Jar Binks y jam芍s pudo conseguir: un personaje de aspecto entra?able, dotado de un f赤sico marciano, 芍gil y fuerte sin aparentarlo, con unos ojos que parecen verlo todo a su alrededor. Mitad reptil, mitad anfibio, el contrapunto informal a dos leyendas incontestables como Ewan McGregor (Kroos) y Liam Neeson (Modric). No funcion車 demasiado aquel Jar Jar Binks porque debe de ser el 迆nico personaje de Star Wars sin una serie propia explicando su infancia, pero en el Real Madrid s赤 que ha funcionado, y de qu谷 manera, el centrocampista franc谷s.
Lo 迆nico que me da miedo con Camavinga es el &s赤ndrome Lucas V芍zquez*, esto es, que empiece como un parche de lateral izquierdo, gracias a esa polivalencia suya que han destacado tanto Ancelotti como Deschamps, y que se nos acabe olvidando a todos que realmente no es lateral izquierdo, del mismo modo que ahora ya nadie recuerda que Lucas V芍zquez era hasta hace no mucho un aprovechable atacante. El lateral es como Siberia: uno ya no vuelve de ah赤. Y si vuelve, lo hace cambiado para siempre.
Lo de la polivalencia en el f迆tbol moderno es una gran mentira. Alaba, por ejemplo, ha dejado de ser contemplado como opci車n para el lateral izquierdo, cuando se le fich車 precisamente por eso. Al final todos, hasta los futbolistas, necesitamos una serie de rutinas y automatismos en nuestro trabajo. Saber bien d車nde est芍 tu sitio, la m芍quina del caf谷 y a quien tienes cerca para poder consultarle algo. Sin l赤os. Si cada d赤a te cambian de lugar, mal asunto. Muchos jugadores han acabado siendo v赤ctimas de su propia versatilidad, como Sa迆l, Llorente o el pobre Nacho, que menos de titular, parece que vale para cualquier cosa: de central, de lateral izquierdo o para ayudarte con una mudanza un s芍bado por la ma?ana.
Camavinga ha sido lo que los anglosajones llaman una &bendici車n disfrazada*. Lleg車 en el 迆ltimo momento del mercado de verano, cuando todo el mundo esperaba a Mbapp谷, dejando la sensaci車n de ser el que aparece en una fiesta con unas pizzas de pi?a: se agradece el gesto, pero no es lo que uno necesariamente estaba esperando. Su talento, sin embargo, enseguida se impuso a las dudas y ahora est芍 destinado a ocupar el rol de Casemiro (o el de Redondo). Que pueda cumplir, y hasta lucirse, de manera puntual como lateral es como encender una chimenea con la madera de un viol赤n.