Bellingham tiene cosas de Di St¨¦fano
El Madrid no pudo conseguir a Mbapp¨¦, pero tuvo un acierto descomunal con Bellingham, un jugador que de medio campo para adelante empieza a recordarme seriamente a Di St¨¦fano. De maneras elegantes en el trote y el manejo del bal¨®n, pero fiero e incansable en la disputa. Mitad artista, mitad guerrero. El juego de ataque se organiza en torno a ¨¦l, pero aunque est¨¦ siempre en el origen de la jugada no renuncia a terminarla. Le dio un gol a Vinicius tras robar con picard¨ªa un pase de Di Lorenzo y marc¨® el otro en arrancada personal, col¨¢ndose entre la defensa napolitana como cuchillo atraviesa una pella de mantequilla.
El tercero lo hizo Valverde con un ca?onazo homicida al recoger el rebote de un c¨®rner; un disparo de velocidad terrible que tras rozar en un rival restall¨® contra el larguero, rebot¨® en la nuca del meta Meret, al que pudo descalabrar, y entr¨®. Con ese gol gan¨® el Madrid un partido imponente, que le complic¨® la voluntad y el buen juego a r¨¢fagas del N¨¢poles traducido en dos goles, bien que el primero regalado por Kepa y el segundo por v¨ªa de un penalti del Nuevo Testamento, uno de esos que nos espantan a los que nos criamos en un f¨²tbol que atend¨ªa a una l¨®gica, no a los caprichos de unos pocos adanistas que est¨¢n estropeando un juguete que es de todos.
Las inc¨®gnitas las resolvi¨® Ancelotti repitiendo a Camavinga de lateral izquierdo, insistiendo con Kroos y sacrificando a Joselu en favor de Rodrygo. Digamos que Kroos, el m¨¢s estratega de todos los medios, jug¨® muy bien la hora que le toc¨® y que en la media restante Modric seren¨® al equipo, que empezaba a sufrir. Rodrygo poco hizo; Joselu entr¨® muy al final y apenas recibi¨® juego. Por lo dem¨¢s, fue un partidazo con un sensacional duelo R¨¹diger-Osimhen, un espect¨¢culo en s¨ª mismo, cierta decepci¨®n con Kvaratskhelia y una lecci¨®n de juego de Zielinski, de tan excelente manejo con ambas piernas que hasta el penalti no se nos revel¨® como diestro.