Bellingham pone en ¨®rbita a Mbapp¨¦
La primera noche de Mbapp¨¦ con el Madrid en la Champions le sirvi¨® para comprobar el porqu¨¦ del idilio de su nuevo equipo con esta competici¨®n. Tantas veces perdido, tantas veces ganador. Un Madrid fuera de lugar durante numerosas fases del partido solvent¨® el estreno ante el Stuttgart atado a su eficacia. La historia mil veces contada. Lo que otros perdonan, el Madrid no lo hace. Sin embargo, la trama no escondi¨® el estado de indefinici¨®n de los de Ancelotti, por m¨¢s que el t¨¦cnico italiano lanzara en la previa un alegato aludiendo a la estad¨ªstica y una supuesta fortaleza defensiva en este inicio de temporada que no es tal. Ante el Stuttgart fue otra vez ese bloque desajustado, largo y extremadamente disperso en la presi¨®n, con Tchouameni se?alado por su precaria voluntad defensiva. Si solo Valverde repliega y acude a la cobertura, el problema no se ir¨¢ nunca y al Madrid le llegar¨¢ f¨¢cil cualquier rival que se presente en el Bernab¨¦u. Los Fuhrich, Millot o Leweling mostraron sus buenas maneras, pero es dif¨ªcil saber si fue m¨¢s m¨¦rito propio o dem¨¦rito blanco. En cualquier caso, los resultados, al menos en el corto plazo, justifican a este Madrid que en nada se parece al del curso pasado.
En el f¨²tbol suele ser costumbre ver m¨¢s r¨¢pido los defectos que las virtudes. Dentro de un contexto inesperado por la falta de estabilidad y el paso borroso de su equipo camuflado por el muro hist¨®rico de Courtois, Ancelotti tambi¨¦n tiene argumentos para ver el futuro con cierta tranquilidad. El principal es que Mbapp¨¦ empieza a ser encontrado. En continuo movimiento, cualidad que tanto necesita un Madrid parco en este sentido, el delantero franc¨¦s volvi¨® a exhibir que no hay un futbolista en el mundo con su inteligencia para el desmarque. De fuera a dentro o de dentro a fuera, con presencia siempre en el ¨¢rea, destartal¨® a la defensa del Stuttgart, claramente la l¨ªnea m¨¢s d¨¦bil de los de Hoeness, con la ayuda de Rodrygo y Bellingham. Especialmente interesante result¨® la sinergia naciente con el ingl¨¦s. Las apariciones de Bellingham a la espalda de los centrocampistas alemanes orientaron los ataques blancos y activaron un protocolo de actuaci¨®n con Mbapp¨¦ que ha llegado para quedarse. Es, hasta ahora, el que mejor ve los movimientos del reci¨¦n llegado. Parece haber nacido una sociedad efectiva y cotidiana, igual que la huella victoriosa del Madrid en Europa.
Al hueco
Bellingham recibe en la medular y otea el desmarque de Mbapp¨¦ a la espalda de Vagnoman. La defensa tan adelantada del Stuttgart facilita el pase, pero aun as¨ª nadie puede discutir el criterio y la finura del ingl¨¦s en la jugada.