Bellingham encubre a Ancelotti
No fue un Cl芍sico cualquiera, incluso cabe preguntarse si fue un Cl芍sico. El discutible nivel de Barcelona y Madrid escenific車 el momento de zozobra futbol赤stica que atraviesan ambos, lej赤simos de su plenitud y carentes de credibilidad general. Dos equipos terrenales, con dudas en todas las fases del juego, dibujaron un duelo de perfil muy bajo. Lo jug車 mejor el Bar?a hasta que Bellingham apareci車 y resolvi車 con la gracia de los elegidos. Fue el 迆nico que se elev車 sobre el Cl芍sico para auxiliar a Ancelotti y cuestionar a Xavi. De primeras, el t谷cnico azulgrana acert車 con el plan. La salida de tres centrales con Ara迆jo muy abierto desactiv車 la t赤mida presi車n del Madrid y le ofreci車 superioridad al Bar?a desde los primeros pases. G邦ndogan orden車 el juego, Gavi atrajo a Bellingham y Ferm赤n y Jo?o F谷lix se dejaron ver en las recepciones a la espalda de los centrocampistas blancos. As赤 se granje車 el Bar?a una primera parte comod赤sima, premiada con el gol de G邦ndogan, en la que no sufri車 nada por las correcciones de Gavi y la cercan赤a de los tres centrales. Al Madrid se le abrieron las l赤neas, se alarg車 y no apel車 a su inferioridad. Se le vio como destensado, con un sistema t芍ctico en el que Ancelotti ni cree, adem芍s de protagonizar controvertidas decisiones.
La suplencia de Modric, otra vez, fue una de ellas. No se explica que el croata tenga un rol tan secundario. Su salida coincidi車 con la reacci車n del Madrid, que al no poder correr porque no recuperaba el bal車n necesitaba como el comer un director de orquesta. A partir del croata, se expandi車 Valverde y se arranc車 Bellingham, antes tapado por Gavi. El f赤sico permiti車 al Madrid llegar mejor al final ante un Bar?a diezmado en el que Lewandowski, Romeu y los extremos restaron m芍s que sumaron. Esa p谷rdida de control en el tramo final queda en el debe de Xavi, que no ayud車 a su equipo con las decisiones que tom車. En vez de reforzar el medio lo termin車 vaciando y cay車 en la trampa del cuerpo a cuerpo en la que el Madrid acostumbra a vacunar a sus rivales. Lo volvi車 a hacer Bellingham, cuyo estatus actual de mejor jugador del mundo no enmascara el rendimiento del Madrid y los pecados de Ancelotti. Desde la victoria le ser芍 m芍s f芍cil reconstruir las sensaciones y mantener los resultados. La historia de este Cl芍sico menor le apremia a ello, pese a Bellingham.
La vigilancia de Gavi
El jugador del Bar?a prest車 especial atenci車n al brit芍nico y le fren車 en diversas jugadas hasta que la calidad del madridista se impuso. Fue un duelo may迆sculo que honr車 a ambos jugadores.
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