Asensio y el kintsugi
Todas las informaciones apuntan a que Asensio no renovar¨¢ su contrato con el Real Madrid y a que dejar¨¢ el club en junio. La sensaci¨®n fue extra?a desde el principio en este ya largo proceso de negociaci¨®n que por momentos ha parecido m¨¢s un serial turco que una renovaci¨®n. Daba la impresi¨®n de que ninguna de las partes implicadas ten¨ªa muy claro qu¨¦ carta jugar y que cada semana se llegaba a un ¡®continuar¨¢¡¯. Al final siempre terminan dejando un cierto sabor triste estas marchas a contrato vencido. Como si ambos contrincantes hubieran bajado los brazos y renunciado a luchar.
Asensio es un jugador de calidad contrastada, con facilidad para el gol, que lleva varias temporadas bajo sospecha por un talento que al final le acaba resultando m¨¢s condena que privilegio. Cada vez que Asensio marca un gol, viene siempre acompa?ado de alg¨²n tipo de reproche. Se le acusa de chutar poco, de cierta tendencia a desaparecer, de desidia, de falta de car¨¢cter, de ser un jugador acomodaticio, del aumento del precio de la vivienda y de la debilidad democr¨¢tica en ciertos pa¨ªses de Europa. Al final es como si llevas los hielos a una fiesta y te acaban echando en cara haber malgastado la oportunidad de ser barman dadas esas condiciones innatas tuyas.
Hay lesiones que son especialmente crueles en algunos jugadores. Sobre todo en los buenos. Los trotones son como jeeps o maletas, que hasta tienen mejor pinta cuanto m¨¢s baqueteados est¨¢n. Pero los buenos nos gustan relucientes, impecables, j¨®venes eternamente e intactos. Cuando un jugador con clase, de esos que son hasta bonitos de ver, se lesiona de gravedad, sabemos en nuestro fuero interno que ya nada volver¨¢ a ser lo mismo. Da igual el proceso de recuperaci¨®n que haga, da igual que sus registros goleadores mejoren, da igual que pueda ser un futbolista m¨¢s completo. Se ha roto el hechizo. Son como esos jarrones de porcelana que se reparan de manera delicada uniendo los trozos rotos con polvo de oro mediante la t¨¦cnica japonesa del kintsugi. Quedan bonitos, pero hay quienes ya nunca pueden dejar de ver la grieta.
Muchos hablan ahora con nostalgia de un Asensio ¡®prelesi¨®n¡¯, como si el peor Asensio que tal vez pudimos ver en el Real Madrid no fuera precisamente el del a?o antes de su grave lesi¨®n, cuando anot¨® tan solo un gol en Liga. Pero eso da igual. El relato es otro. Asensio ya nunca podr¨¢ dejar de tener la sensaci¨®n de haber perdido algo por el camino porque se le pide la explosividad y la elasticidad de sus 22 a?os. Por eso mismo a lo mejor se tiene que ir. Para dejar de luchar contra un recuerdo.