Arriba los corazones en Barcelona
La alegr¨ªa. Hay quien considera que Neymar es un mal ejemplo de deportista, que eligi¨® mal cuando se march¨® a Par¨ªs, y que ha tirado su carrera por la borda. Es posible. Pero hab¨ªa que estar en Barcelona en el verano de 2017 para entender el poso de tristeza que dej¨® su marcha; aquellas camisetas suyas de los mercados ambulantes, que se vend¨ªan como rosquillas, apiladas en contenedores entre la incredulidad general. Para cuando se fug¨® a Francia, Neymar estaba, para el cul¨¦ joven, casi al nivel de Messi (¡°te har¨¦ Bal¨®n de Oro¡±, le susurr¨® el argentino para convencerlo de que se quedase en aquella famosa gira del ¡°se queda¡± de Piqu¨¦), m¨¢s despu¨¦s de sus 549 segundos extraterrestres en la noche del 6-1 ante el PSG. El Bar?a no se recuper¨® de eso. Estir¨® el chicle gracias a la buena y poco valorada gesti¨®n de Valverde con dos Ligas m¨¢s en un vestuario incorregible y lleno de vicios ya, pero empez¨® una lenta decadencia en la que perdi¨® dinero con operaciones ruinosas (Demb¨¦l¨¦, Coutinho, Griezmann), prestigio deportivo con derrotas como las de Roma, Liverpool y Lisboa; e imagen con el burofax de Messi (cap¨ªtulo 1) y su renovaci¨®n interruptus (2). Por ser breve, el barcelonismo ten¨ªa una depresi¨®n de caballo y la aplastante sensaci¨®n de que tardar¨ªa en recuperarse del golpe.
Ilusi¨®n. Estos d¨ªas, sin embargo, la Barcelona azulgrana se frota los ojos cuando ve las fotos de la presentaci¨®n de Raphinha, a Lewandowski en el hotel Conrad de Fort Lauderdale, y a Kound¨¦ entren¨¢ndose ya ayer de azulgrana. Escrib¨ªamos hace poco aqu¨ª que Laporta era un generador de ilusiones que pod¨ªa acabar en productor de desencantos. Pero Laporta ha cumplido y ha demostrado tener un plan. El club considera que el desmadre salarial de la ¨¦poca anterior concluir¨¢ el pr¨®ximo a?o cuando Piqu¨¦, Busquets y tal vez Alba se marchen. El Bar?a, inspirado en el orden que Ferran Soriano y Txiki establecen en el City, donde hasta la llegada de Haaland, y pese a estar plagado de estrellas, el futbolista que m¨¢s cobraba, De Bruyne, ganaba 13 millones, ha puesto un techo salarial de diez millones de euros netos que todav¨ªa pasan seis jugadores, pero que hace un a?o rebasaban el doble. Laporta, por supuesto, se lo ha jugado todo a una carta con las palancas, pero tambi¨¦n ha tenido la habilidad, nada desde?able, de convencer a estrellas mundiales para que vengan a un Bar?a del que todos sab¨ªan enfermo. Pero quien pensase que se iba a quedar quieto despu¨¦s de un doblete del Madrid, esperando a que vinieran a incendiarle el palco, no lo conoce. Arriba los corazones en Barcelona.