Ancelotti y los experimentos que vienen

El Madrid ha convertido el amable comienzo del calendario (Mallorca, Valladolid, Las Palmas) en un territorio de preguntas que Ancelotti se esfuerza en contestar. Su respuesta es autom¨¢tica: equilibrio. La ausencia de equilibrio, m¨¢s bien. Tres partidos, una victoria, dos empates, un gol marcado en el primer tiempo, otro recibido en la primera parte y otro en la segunda. Remar, por tanto, para salvar el pellejo contra equipos que piensan en la temporada en t¨¦rminos muy distintos que el Real Madrid. Buscan la salvaci¨®n desde el primer partido del campeonato. No ser¨¢n campeones ni de Espa?a, ni de Europa. Viven aqu¨ª y ahora. Cada punto ara?ado es un bot¨ªn de un valor incalculable.

El Madrid, que viene de ganar la Liga y la Copa de Europa, piensa a largo t¨¦rmino, pero olvida que siempre, no importa el momento de la temporada, se encuentra bajo el ojo cr¨ªtico. Llega al primer descanso del calendario con la sensaci¨®n de equipo sin perfilar, ajeno a las urgencias que a otros apremian. Al Bar?a m¨¢s que a ning¨²n otro. El Bar?a ten¨ªa que aprovechar los cuatros primeros partidos de Liga para despejar dudas y alumbrar ilusiones. Lo ha conseguido, por el momento. Si el f¨²tbol es el famoso estado de ¨¢nimo, el Madrid ha concedido una ventaja inesperada a su viejo rival.

Ancelotti habl¨® de los problemas de equilibrio t¨¢ctico de su equipo despu¨¦s del empate en Mallorca y repiti¨® la explicaci¨®n en Las Palmas. Si en el medio tiempo del encuentro con el Valladolid se hubiese sentado en la sala de prensa del Bernab¨¦u, el t¨¦cnico italiano se habr¨ªa referido al mismo defecto. La ¨²nica novedad en su discurso se escuch¨® en Las Palmas donde se atribuy¨® directamente la responsabilidad de la debilidad que influye en el mediocre rendimiento del equipo.

Utiliz¨® uno de esos t¨¦rminos que tan de moda se han puesto en los ¨²ltimos a?os. Hablar de bloques remite directamente a la llegada de Mourinho al f¨²tbol espa?ol. Comenz¨® a hablarse con un cuasi respeto religioso de bloques bajos, medios y altos. En concreto, Ancelotti, que en el Madrid suele preferir el bloque bajo, se refiri¨® en Las Palmas al medio, que viene a situar la presi¨®n en una zona a medio camino entre el ¨¢rea rival y la propia. Declar¨® que el equipo no ejecutaba con el rigor necesario las demandas que exige ese modelo de funcionamiento en el campo. Se refiri¨® al poco comprimido aspecto del bloque, agujereado como un gruyere por las inconvenientes distancias entre las diferencias l¨ªneas del equipo.

En todo lo que dijo, ten¨ªa raz¨®n. En el primer tiempo, el Las Palmas atraves¨® las l¨ªneas madridistas con c¨®modos y abundantes pases cortos, en la mejor tradici¨®n del equipo canario, dirigido ahora por Luis Carri¨®n, uno de los numerosos representantes que acreditan la fiabilidad, la formaci¨®n y el conocimiento de la escuela espa?ola de t¨¦cnicos. Un pa¨ªs que hasta principios de este siglo apenas enviaba entrenadores al extranjero, se ha convertido en un exportador a los principales campeonatos de Europa, con la Premier League como principal destino.

El equipo canario est¨¢ en las ant¨ªpodas del formato que caracteriza al Mallorca, pero el da?o que caus¨® al Real Madrid fue el mismo. Ancelotti se refiri¨® en exclusiva a la ausencia de equilibrio y evit¨® cualquier otra explicaci¨®n, aunque el partido abund¨® en la desconexi¨®n a la que est¨¢ sometido Mbapp¨¦, a la escasa contribuci¨®n actual de Vinicius, en comparaci¨®n con su apote¨®sica contribuci¨®n en las dos temporadas anteriores, y en el d¨¦ficit de claridad en el mediocampo, donde Tchouameni sigue encogido. Esta vez, Modric comenz¨® en lugar de Arda G¨¹ler, pero el juego continu¨® sin fluir.

Ancelotti asegur¨® que arreglar¨¢ los desperfectos actuales. Es posible que piense en los que no est¨¢n: Bellingham y Camavinga, que regresar¨¢n despu¨¦s del corte en el calendario. Y no es descartable que m¨¢s pronto que tarde veamos una l¨ªnea media integrada por Valverde, Bellingham y Camavinga, un experimento que a priori no suena nada mal.

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