Ancelotti disfruta, Vinicius explora
¡°No es complicado¡±, sol¨ªa comentar Ancelotti cuando le preguntaban por las soluciones a los d¨¦ficits del equipo, en gran medida relacionados con los problemas defensivos. Fue su respuesta en el empate del Madrid en Las Palmas, en el segundo partido de Liga, y la repiti¨® con cierta asiduidad hasta el par¨®n de Navidad. Deslizaba una falta de compromiso general en un cap¨ªtulo que se complic¨® despu¨¦s de las tempranas lesiones de Carvajal y Militao. De lo otro, del ataque, no ofrec¨ªa ninguna duda. ¡°Siempre haremos goles¡±, dijo en m¨¢s de una ocasi¨®n. Llegado a este punto de la temporada, el t¨¦cnico italiano sugiere que est¨¢ m¨¢s que satisfecho con el rendimiento del Madrid, no pone reproches a la tarea defensiva y empieza a utilizar los partidos como peque?os laboratorios. Est¨¢ c¨®modo, casi disfrut¨®n, en su papel.
El Madrid se impuso a la Real en Anoeta, no sin dificultades ¨Cel equipo de Imanol Alguacil presion¨® alto y fuerte en el primer tiempo, con apariciones frecuentes en el ¨¢rea madridista-, pero con una solvencia creciente en el partido y un gol que le aclara el camino a la final. Un gol perfectamente interpretado por Bellingham en el espectacular desplazamiento de la pelota a Endrick, impecable en un control muy delicado y certero en el remate, algo ensuciado ¨Cgolpe¨® con el cuenco de la bota y el tobillo-, pero imposible de detectar por Remiro.
Algo en la actuaci¨®n del Madrid y en la confianza que transmite Ancelotti se adivin¨® en la alineaci¨®n, las posiciones y las alternativas que utiliz¨® durante el partido. No era un partido cualquiera y Anoeta es de los campos que preocupan a equipos como el Real Madrid. La confecci¨®n del equipo inclu¨ªa novedades en todas las l¨ªneas, por nombres y en alg¨²n caso por variantes en las posiciones.
Lunin regres¨® con ¨¦xito a la porter¨ªa. Endrick y G¨¹ler repitieron como titulares despu¨¦s de un mes de ausencia en las alineaciones. Jugaron contra el Legan¨¦s en los cuartos de final y regresaron contra la Real en la idea de la semifinal. Ancelotti prob¨® a Asencio como lateral ¨Cnadie le discute en el centro de la defensa-, antes de dar paso a Lucas V¨¢zquez. Tchuameni fue un rato central y otro medio defensivo. Camavinga comenz¨® en el eje del medio campo, antes de colocarse como interior izquierda en el trayecto final del encuentro. Interesante fue el rol de Vinicius, ocupado de lleno en funciones que hasta ahora le estaban vedadas.
Con una frecuencia que desminti¨® su papel como anecd¨®tico, Vinicius se retras¨® para participar en la elaboraci¨®n del juego, como un centrocampista m¨¢s y con un porcentaje notable de ¨¦xito en sus decisiones. Coincidi¨® con el d¨ªa de su debut como capit¨¢n, un factor de implicaci¨®n que se advirti¨® en su juego, aunque fue evidente que tuvo el permiso de Ancelotti para explorar esa nueva faceta de su juego.
Result¨® curioso el aplicado y eficaz funcionamiento del brasile?o en las labores de mediocampista. De hecho super¨® a sus prestaciones como delantero en el partido, perjudicadas por la precipitaci¨®n. No hay duda, sin embargo, de su impresionante evoluci¨®n. El primer Vinicius era un extremo unidimensional, veloz, potente, sin gol y una zurda bajo sospecha. Ni tan siquiera dejaba ver sus habilidades. Era masa y aceleraci¨®n.
Despu¨¦s lleg¨® su explosi¨®n: regates por dentro y hacia afuera, esfuerzos feroces, comunicaci¨®n con el resto de delanteros y goles. Comenz¨® a aparecer la zurda, empez¨® a jugar en posiciones interiores y hasta dej¨® registros de peligro como cabeceador. Se convirti¨® en una estrella, que ahora se siente con derecho a explorar otras latitudes del campo y del juego, con el pl¨¢cet de Ancelotti, que mueve piezas y disfruta de lo que ve.