Ancelotti, con la venia de Florentino
Cuatro equipos disputaron la jornada de Liga con menos de 72 horas de descanso entre sus obligaciones europeas y las dom¨¦sticas: Real Madrid, Athletic, Betis y Real Sociedad. Se trata de un desaconsejable intervalo de recuperaci¨®n en el c¨ªnico mundo que mueve los intereses del f¨²tbol en Espa?a y en la mayor¨ªa de los grandes campeonatos. Lo fomentan los mismos que se quejan. Al mismo tiempo, lejos de articular f¨®rmulas m¨¢s sensatas, se agrega m¨¢s tralla a un calendario tan comprimido que no permite respiro.
Con la excusa de un modelo que se consideraba viciado y poco entretenido, esta temporada se han ampliado el n¨²mero de partidos de la Liga de Campeones, adem¨¢s de a?adir una eliminatoria de rev¨¢lida, es decir dos partidos de fatigosa propina, para los equipos que no aprobaron con nota la primera fase. Uno de ellos fue el Real Madrid, que se enfrent¨® al Manchester City en lo que se podr¨ªa denominar dieciseisavos de final de la competici¨®n. Gan¨® los dos partidos, pero se acumularon esfuerzos que el Madrid se habr¨ªa evitado sin los d¨¦ficits de la liguilla, donde sali¨® derrotado frente al Lille, Liverpool y Milan.
Ancelotti declar¨® despu¨¦s del partido contra el Villarreal que no permitir¨¢ que su equipo juegue con menos de 72 horas de intervalo con respecto al encuentro anterior. No ser¨¢ el t¨¦cnico italiano, un empleado importante del club, pero empleado al fin, qui¨¦n decida estas cuestiones y menos de manera tan tajante. Son asuntos que se deciden en las altas instancias del club, presidido por un dirigente que no tolera la menor interferencia en sus funciones. De hecho, la declaraci¨®n de Ancelotti se inscribe en su progresivo deslizamiento hacia posiciones cada vez m¨¢s pr¨®ximas a la quejosa l¨ªnea oficial del club.
Hombre inteligente, italiano refinado, famoso por su savoir faire y sus magistrales comparecencias ante la prensa, Ancelotti ha entrado en una nueva deriva despu¨¦s de la carta de cuatro folios que emiti¨® el Real Madrid hace mes y medio, un furibundo ataque a todos los estamentos que rigen el f¨²tbol espa?ol. Desde entonces, Ancelotti explota un rasgo desconocido hasta ahora. Se ha integrado en la irritada falange oficial que se queja de todo, adscrita a toda clase de teor¨ªas conspirativas, las de los ¨¢rbitros, Federaci¨®n Espa?ola, Liga de F¨²tbol Profesional, UEFA y, esta misma temporada, France Football, organizador del Bal¨®n de Oro.
El Madrid no hizo bien su trabajo en la primera fase de la Liga de Campeones y lo pag¨® con menos descanso y dos partidos m¨¢s que el Atl¨¦tico y el Bar?a. Ese d¨¦ficit en el rendimiento y sus consecuencias en la carga posterior de partidos s¨ª se corresponde con las labores propias de los entrenadores. De lo otro, del calendario y sus numerosas derivadas, Ancelotti est¨¢ en su perfecto derecho de opinar, como lo ha hecho en otras ocasiones.
Hace un a?o , en una entrevista que concedi¨® a un peri¨®dico italiano, desacredit¨® el Mundial de Clubes que se disputar¨¢ en junio y julio. El club, que sabe muy bien lo que significa a?adir un nuevo y largo torneo al calendario, considera que los beneficios econ¨®micos de la competici¨®n y la buena relaci¨®n con Gianni Infantino, zar de la FIFA, superan por mucho los riesgos de desgaste y falta de descanso que tanto preocupan a Ancelotti. Reconvenido por el club, no ha vuelto a referirse al tema.
Ancelotti tambi¨¦n pudo opinar sobre el breve intervalo que precedi¨® al partido con el Villarreal. Comenz¨® 69 horas y 30 minutos despu¨¦s del inicio del Atl¨¦tico-Real Madrid en la Liga de Campeones. Tambi¨¦n estaban en su derecho de opinar Pellegrini (Betis), Ernesto Valverde (Athletic) e Imanol Alguacil (Real Sociedad), cuyos equipos disputaron la jornada de Liga con el mismo intervalo de recuperaci¨®n (Real Sociedad) o menos a¨²n (Athletic, 67 horas y 30 minutos, y Betis, 65 horas y 30 minutos). Con toda seguridad, a todos les inquieta el matahombres actual del f¨²tbol, pero ninguno se atribuy¨® funciones que no le corresponden, al contrario que Ancelotti. Se coloc¨® en la posici¨®n del presidente con la venia y el mensaje del presidente.
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