Amancio, Bal¨®n de Oro
Amancio Amaro, El Brujo, fue para mi padre su primer gran ¨ªdolo (por supuesto, aparte de Di St¨¦fano y Gento). Nunca olvidar¨¦ una frase que me dijo. Que si a Amancio le hubiera cogido la ¨¦poca del Bal¨®n de Oro, lo hubiera ganado con total seguridad. Y lo pude comprobar. Yo vi al Madrid desde 1973 a 1976, los tres ¨²ltimos a?os del gallego, y a pesar de su edad, hac¨ªa cosas con el bal¨®n que me parec¨ªan incre¨ªbles.
Sus famosos caracoleos en la banda derecha demostraban una sabidur¨ªa y un talento inusual en aquella ¨¦poca. Su gol en la final en Bruselas fue excepcional y si ves un resumen de sus highlights, como se dice ahora, ves a un jugador de dibujos animados. Sus regates diab¨®licos en carrera, su cambio de ritmo y sus remates eran propios de una figura mundial. Si Amancio hubiera nacido en la ¨¦poca de la explosi¨®n medi¨¢tica nos cansar¨ªamos de ver v¨ªdeos suyos con millones de visualizaciones.
Era un gallego con car¨¢cter fuerte, que sab¨ªa lo que quer¨ªa. Con ¨¦l lleg¨® la consolidaci¨®n del Castilla de la Quinta del Buitre y tambi¨¦n puso su sello en el primer equipo. Ser presidente de Honor del Real Madrid en la 14 es el mejor reconocimiento para un gallego incre¨ªble, que ten¨ªa un sentido del humor muy agudo y que nunca quiso darse la importancia que se merec¨ªa.
Estamos hablando de uno de los mejores jugadores del mundo de los a?os 60 y 70. Jam¨¢s olvidar¨¦ de peque?o la presencia del Madrid en el Teresa Herrera con toda la grada de Riazor con banderas blancas en honor a su paisano. Se va Amancio, pero su legado eterno quedar¨¢ para siempre en la memoria de todos los madridistas. Te nos vas, Brujo. Descansa en paz.