Algo huele a podrido en el Sevilla
Shock. Valga el anglicismo para definir con precisi¨®n el estado en el que se encuentra el que esto escribe, bastantes minutos ya despu¨¦s de que Jes¨²s Navas confirmase que ha decidido no retirarse en el equipo de sus amores y de su vida. No hablamos de un One Club Man, evidentemente. Sus cuatro a?os en el City as¨ª lo hab¨ªan ya cerficado. Pero hace m¨¢s de una d¨¦cada, en 2013, Jes¨²s no se hab¨ªa ido a Manchester de motu proprio. Aquel chico t¨ªmido de ojos azules nunca se habr¨ªa planteado dejar su casa de Los Palacios, pero el Sevilla necesitaba los 20 millones de euros del traspaso para paliar una econom¨ªa en los huesos, m¨¢s o menos como la que ahoga ahora mismo las cuentas del club. Y Navas cedi¨®, casi a rega?adientes, pero entendiendo que un exilio en Inglaterra ser¨ªa lo mejor para ¨¦l, porque ganar¨ªa mucho m¨¢s dinero, y tambi¨¦n para el equipo que lleva en el coraz¨®n. Sobre los pilares de su venta, y la de otros como Negredo, la entidad se reconstruy¨® hasta alcanzar de nuevo la gloria inmediata, con las Europa Leagues de 2014, 2015 y 2016...
Y tambi¨¦n las nuevas copas que luego vinieron, ya con Navas de vuelta desde 2017. Dos t¨ªtulos, los de 2020 y 2023, que Jes¨²s levantar¨ªa como capit¨¢n y envuelto en l¨¢grimas de alegr¨ªa, nada que ver con la llorera que le asalt¨® al abandonar el terreno de juego tras el papelito del Sevilla contra el C¨¢diz. La tristeza se apoderaba de un futbolista cuyo sue?o de reinar hasta el final en el c¨¦sped de su juventud ha venido a quebrarse abruptamente. Navas no ha querido siquiera a esperar a una oferta de renovaci¨®n: principalmente, porque sufre con rabia cada vez que su Sevilla pierde. Algo que ha ocurrido demasiado a menudo en los ¨²ltimos tiempos y que en esta ¨¦poca de vacas flacas no parece vaya a cambiar.
Adem¨¢s de esta constante frustraci¨®n, el lateral palaciego prefer¨ªa evitar decir que no a una propuesta exigua para el que probablemente ser¨¢ su ¨²ltimo a?o en la elite. El Sevilla pretend¨ªa dividir su actual sueldo por tres, o por cuatro. Lo dicho: los errores de planificaci¨®n y las malas clasificaciones, el que ser¨¢ un primer a?o sin Europa despu¨¦s de m¨¢s de una d¨¦cada seguida de viajes continentales, provocar¨¢n que Del Nido, Orta y los que administran los dineros declaren en el club la econom¨ªa de guerra. No se har¨¢ una excepci¨®n ni siquiera con los mitos, como lo es Navas m¨¢s que ning¨²n otro futbolista en la historia nervionense.
¡°Algo huele a podrido en Dinamarca¡±, le dice Marcelo a Horacio mientras debaten si seguir a Hamlet, pr¨ªncipe de un pa¨ªs, el n¨®rdico, que Shakespeare imagin¨® en evidente descomposici¨®n. Algo huele a podrido en este Sevilla con s¨ªntomas de club muy a la deriva, que en menos de un a?o se ha ido deshaciendo de leyendas de manera abrupta, casi por la puerta de atr¨¢s: Monchi, Fernando, Rakitic, Navas... ?Navas? ?De verdad, Navas?
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