Alex Txikon, h¨¦roe de invierno
En la misma ¨¦poca de las expediciones masivas, de las aglomeraciones y los atascos humanos en las rampas del Everest, el coloso m¨¢s alto del Planeta, o incluso en las del K2, y de la prioridad del negocio y de los beneficios comerciales sobre los valores m¨¢s profundos de la monta?a, todav¨ªa queda un hueco para los idealistas, para la pureza, para aquellos aventureros que buscan el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, nuevos retos, romper barreras, superar los l¨ªmites¡ Uno de esos monta?eros es Alex Txikon, vizca¨ªno de Lemona, de 41 a?os, un grande del himalayismo que tiene once de los catorce ochomiles en su palmar¨¦s, aunque para ¨¦l no es tan importante el n¨²mero, como la manera de conseguirlos. Hace a?os que Txikon dirigi¨® sus esfuerzos a las rutas invernales, un espacio donde todav¨ªa quedan desaf¨ªos v¨ªrgenes, objetivos al filo de lo imposible. El vasco ya form¨® parte en 2016 de la primera expedici¨®n que coron¨® el Nanga Parbat en invierno, una gran gesta que complet¨® junto al m¨ªtico Simone Moro, su amigo, otro hombre volcado en conquistas tit¨¢nicas.
Desde entonces ha intentado tres veces el Everest, una el K2¡ Y en su tercera tentativa al Manaslu, ha alcanzado su cima principal, la m¨¢s complicada. Txikon holl¨® la Monta?a de los Esp¨ªritus con seis nepal¨ªes. Esta vez no tuvo a Moro a su lado. Hay cierto debate sobre si es la primera o la segunda invernal a la octava monta?a m¨¢s alta del Mundo, porque hubo otra en enero de 1984, aunque parte de esa expedici¨®n se trabaj¨® en oto?o. En el fondo, no importa tanto. Al menos, no debe importar si nos atenemos a la concepci¨®n del monta?ismo del propio Txikon, en busca de la dificultad y la verdad. Su nombre no sale en las clasificaciones deportivas, porque la monta?a no es un campo de competici¨®n, pero eso no quita para que crezca como un grande del deporte. Un h¨¦roe de invierno que hace historia en la monta?a.