¡°A Segunda o¨¦, a Segunda o¨¦ o¨¦¡±
En el viejo tocadiscos de mi casa, mi padre sol¨ªa poner a los Creedence Clearwater Revival, grupo que form¨® parte de mi educaci¨®n musical. Hab¨ªa escuchado decenas de veces su catastrofista Bad Moon Rising, la canci¨®n de melod¨ªa alegre que, sin embargo, habla del fin del mundo. Pero no fue hasta hace unos a?os cuando ca¨ª en la cuenta de que el Bad Moon Rising de los Creedence es la base del c¨¢ntico ¡°Brasil, decime qu¨¦ se siente, tener en casa a tu pap¨¢¡±. La ¡°mala luna¡± hab¨ªa sido versionada por primera vez por la hinchada de San Lorenzo de Almagro, despu¨¦s lleg¨® al resto de hinchadas argentinas, y de ah¨ª al resto del mundo. Porque en Argentina nacen la mayor parte de los c¨¢nticos ¡ªlos cantitos¡ª, crecen y luego se distribuyen por el globo en un ejercicio de exportaci¨®n que deber¨ªa pagarse en aduanas. Los cantitos, los c¨¢nticos, los gritos, the chants, forman parte de la coreograf¨ªa verbal de cualquier aficionado, dan sentido a su presencia en un estadio. La mayor parte de esos hinchas se avergonzar¨ªa cantando en cualquier otra celebraci¨®n, pero no alrededor del rect¨¢ngulo de hierba. Porque lo que suena en un estadio es un relato heredado.
Mis c¨¢nticos de cancha favoritos son los improvisados. Como cuando en la temporada 2013-2014, los aficionados del Stoke City homenajearon el innovador estilo de juego de su nuevo t¨¦cnico, Mark Hughes. Aquel 17 de agosto corearon con sorna en Anfield: ¡°Estamos pasando el bal¨®n, estamos pasando el bal¨®n, ?Somos Stoke City y estamos pasando el bal¨®n!¡± (We¡¯re passing the ball, We¡¯re passing the ball, We¡¯re Stoke City and we¡¯re passing the ball!). La ocurrencia hasta la termin¨® recogiendo el rival, el Liverpool, en sus redes sociales.
En general, aprecio cualquier arenga futbol¨ªstica, incluso las que contienen alg¨²n agravio. Salvo una. Hay un c¨¢ntico que prohibir¨ªa y penalizar¨ªa con sanci¨®n deportiva: el de ¡°A Segunda o¨¦, o¨¦¡±. Con LaLiga ajustad¨ªsima por abajo ya se ha escuchado y se seguir¨¢ escuchando las pr¨®ximas jornadas. Lo aborrezco profundamente porque me parece que carece de ingenio y de buen gusto. No aporta nada salvo una evidencia si el equipo en cuesti¨®n ya est¨¢ descendido, o una profec¨ªa reversible si no lo est¨¢. Pero esa profec¨ªa esconde tambi¨¦n la certeza de que en el f¨²tbol todo es c¨ªclico, y de que un d¨ªa cantas ¡°a Segunda o¨¦¡± y la temporada siguiente te lo pueden cantar a ti.