A Londres hay que ir con humildad

El madridismo vive unos d¨ªas de euforia indisimulada con la vista puesta en la final de Wembley, con el sue?o de la 15 a la vuelta de la esquina. Comprensible por el equipazo que tiene Ancelotti y por la contundencia con la que los blancos han ganado esta Liga. Pero conviene hacer una llamada a la prudencia. Lo sucedido el mi¨¦rcoles entre Atalanta y Bayer Leverkusen fue un magn¨ªfico toque de atenci¨®n para bajar los decibelios de una afici¨®n que ya se ve en Cibeles casi sin bajarse del avi¨®n de Londres. Calma.

El Atalanta demostr¨® que a partido ¨²nico se puede ganar (y aplastar) a cualquiera, incluso a un rival que parec¨ªa invencible como el Bayer de Xabi Alonso. El Borussia jugar¨¢ sin presi¨®n y no tiene nada que perder porque las apuestas, la l¨®gica y la historia obligan al Madrid a ganar s¨ª o s¨ª. Por eso, temo m¨¢s el exceso de confianza que a Sancho y Adeyemi.

Humildad es la palabra clave. Que Vinicius, Rodrygo y Bellingham jueguen con el ardor y la intensidad mostrada ante City y Bayern. Es una final, no admite errores. Wembley es un escenario magno que merece la mejor versi¨®n del mejor equipo de Europa. La 15 debe conquistarse con grandeza de esp¨ªritu y humildad en el desempe?o. Respetando al Borussia enriqueceremos nuestra nueva conquista.

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