A l¨¢grima viva

Inolvidable. En la vida dicen que es muy dif¨ªcil saber decir adi¨®s, pero es evidente que la despedida que han tenido tanto Carlo Ancelotti como Luka Modric ha cumplido el mejor de sus sue?os. Un homenaje sentido, con mucha espontaneidad emanada de la epidermis de un estadio entregado a dos leyendas eternas e irrepetibles. El partido era lo de menos y lo importante era manejar las emociones para dar un ¨²ltimo abrazo al mejor entrenador de la historia del club y al mejor centrocampista que jam¨¢s hayan visto mis ojos (y no me refiero s¨®lo al Real Madrid). Los c¨¢nticos continuos hacia Luka y hacia Carletto trasladaban el orgullo del madridismo por rendirles culto por ¨²ltima vez en un last dance que ha sido muy dif¨ªcil de asumir. Pero me encant¨® la elegancia tanto de los homenajeados como de la afici¨®n para entregar ese amor honesto e indisimulable que tienen hacia el italiano y el croata. Las l¨¢grimas resbalaban por los rostros de miles y miles de madridistas que desde el Bernab¨¦u o desde sus casas entend¨ªan que nunca m¨¢s veremos en este majestuoso escenario ni la elegancia impagable de Carletto ni la grandeza futbol¨ªstica de Luka. Las im¨¢genes que puso el club en el videomarcador de 360 grados no hicieron sino trasladar las impresionantes carreras de ambos tanto en el banquillo, con las emociones que vivi¨® Ancelotti en aquellas remontadas que jam¨¢s olvidaremos, como en el campo, donde algunos rescataron acciones magistrales del genio de Zadar que s¨®lo pueden estar a la altura de un Bal¨®n de Oro con may¨²sculas. Hubo otro momento inolvidable cuando tras los tradicionales manteos de estos casos se unieron Ancelotti y Modric para dirigirse al centro del campo abrazados, cogidos del hombro, como si fuesen un padre con su hijo. En realidad, lo han sido. El Madrid es una gran familia por gente maravillosa como Luka y como Carletto. Siempre estar¨¢n en nuestros blancos corazones.

Lucas V¨¢zquez. Tampoco quiero ni puedo olvidarme del gallego de Curtis, un canterano ejemplar que tuvo la gallard¨ªa en su ¨²ltimo d¨ªa en el Bernab¨¦u de renunciar a los focos por entender que Carlo y que Luka merec¨ªan todos los honores. Lucas siempre ha sido as¨ª. Humilde, comprometido y un jugador impagable para este club. Por ¨¦l hablan sus cinco Champions, con fotograf¨ªas inolvidables como sus penaltis en las tandas de Mil¨¢n, en la Und¨¦cima, y del Etihad ante el City de Guardiola. Cuando sali¨® sustituido a falta de un cuarto de hora, toda la afici¨®n se puso en pie reconociendo el m¨¦rito de este chaval que en su 400 partido de blanco daba un ¨²ltimo abrazo en ese estadio en el que nos dej¨® tambi¨¦n p¨¢ginas maravillosas. Lucas, t¨² tambi¨¦n eres historia sagrada de este club.

Bota de Oro. En un d¨ªa de tantas emociones y donde las leyendas daban su ¨²ltimo adi¨®s, parece fr¨ªvolo hablar de otra cosa, pero es indudable que para el prestigio individual de Kylian, es importante asegurar la Bota de Oro en su primer curso de blanco. El equipo jug¨® para ¨¦l y supo agradecer ese esfuerzo con dos goles que le ponen a Salah hoy ante una misi¨®n casi imposible si quiere abortar la primera Bota de Oro del franc¨¦s. Mbapp¨¦ ya acumula 43 goles oficiales y le queda el reto del Mundial de Clubes en Estados Unidos, en el que es capaz de llegar a los 50. Seguro que la pr¨®xima temporada se superar¨¢ tambi¨¦n con t¨ªtulos colectivos. Pero con este Kylian, seguro que el madridismo vivir¨¢ muchas noches de orgullo y conquistas.

Adi¨®s con el coraz¨®n. Mis ¨²ltimas palabras son de nuevo para Carlo y para Luka. Ahora lo puedo decir: se van dos amigos personales que durante a?os me han ayudado a ser mejor madridista y mejor persona. Con gente como Ancelotti y como Modric, la humanidad ser¨ªa un para¨ªso de buenas voluntades. Hasta siempre, amigos.

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