PASABA POR AQU? | CARLOS MARA??N
Los energ¨¦ticos
Suerte que Luis Enrique se cay¨® en el tonel de guindillas de ni?o y se las inyecta a nuestra Selecci¨®n. Y menos mal que existe el milagro Real Madrid y que el Submarino Amarillo torpedea.
Llega la factura de la luz y me deprimo, veo el contador del gas y tengo sudores fr¨ªos, voy a repostar combustible y estallo. Para olvidar, busco refugio en mi f¨²tbol, y es casi peor. Como en un laberinto sem¨¢ntico, leo cr¨®nicas, escucho tertulias y, definitivamente, caigo redondo. Con los precios m¨¢s altos de la electricidad y la gasolina, con la inflaci¨®n por las nubes, he empezado a cogerle tirria al balompi¨¦ que hoy predomina. Energ¨ªa, energ¨ªa, energ¨ªa. Nunca se pag¨® tan cara y a la vez nunca se habl¨® tanto de su necesidad con el bal¨®n: vigor, ida y vuelta, N'Golo Kant¨¦, dinamismo, reciedumbre, camavinguismo¡ Tres a?os llevan los equipos del norte meti¨¦ndole ritmo a la Champions y poniendo en fila de a uno al resto del mundo, desbordantes de furor, de movimientos, de potencia, mientras quijoteamos con nuestra idea de toque, posesi¨®n y caracoleo. Suerte que Luis Enrique se cay¨® en el tonel de guindillas de ni?o y se las inyecta a nuestra Selecci¨®n. Y menos mal que existe el milagro Real Madrid y que el Submarino Amarillo torpedea. Porque el riesgo de trauma generacional no me lo quita nadie.
Ecos de infancia acomplejada: en 1971, los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo empezaron a liarla. Cansados de ser los paganos de las potencias mundiales, a¨²n m¨¢s dependientes del petr¨®leo que hoy, los estados de la OPEP empezaron a subir precios y a apretar a las compa?¨ªas petroleras, hasta llegar al embargo de crudo a EE UU (qu¨¦ precioso lo cuenta Paul Thomas Anderson en la pel¨ªcula Licorice Pizza) en la crisis del petr¨®leo del 73. Tambi¨¦n entonces el f¨²tbol europeo se rindi¨® a los pies del f¨²tbol total: de 1970 a 1984, holandeses, alemanes e ingleses monopolizaron la orejona, mientras aqu¨ª ten¨ªamos a Los energ¨¦ticos de Esteso y Pajares llevando la preparaci¨®n f¨ªsica.
?Seguimos a nuestro ritmo? ?Nos ponemos a correr? O quiz¨¢ buscamos la energ¨ªa alternativa. Renovable, ecol¨®gica, transparente y barata, la que se gener¨® en Anfield con Cristiano y los hinchas caminando junto al futbolista m¨¢s temido del rival m¨¢s odiado. Esa fuerza mueve tribunas, aleja oligopolios y, por qu¨¦ no, quiz¨¢s acabe levantando Copas de Europa.