Superliga, o est¨¢s dentro o est¨¢s fuera
Me he opuesto tantas veces a la Superliga Europea utilizando los mismos argumentos que ahorrar¨¦ al lector un art¨ªculo repetido. Lo que tratar¨¦ esta vez es la pretensi¨®n de los grandes clubes, con esa actitud magn¨¢nima del que te perdona la vida, de jugar al mismo tiempo dentro y fuera del sistema. "Crear¨ªan su liga privada, exclusiva y cerrada pero no abandonar¨ªan las ligas nacionales", le¨ªmos en los varios art¨ªculos que se publicaron en la prensa tras la sorprendente confesi¨®n de Bartomeu. La frase conllevaba un mensaje impl¨ªcito: "No os preocup¨¦is, pobres mortales: vuestros equipitos seguir¨¢n gozando del placer de recibirnos una vez al a?o y justificar as¨ª su propia existencia". ?Deber¨ªamos celebrarlo? Mi opini¨®n es que no. De hecho, no deber¨ªamos permitirlo.
Si los superclubes crean una Superliga que les va a enriquecer m¨¢s, la ventaja competitiva con la que participar¨ªan en las ligas nacionales ser¨ªa exagerada, mucho m¨¢s pronunciada que la que ya tienen ahora. A los clubes marginados por el nuevo torneo de ¨¦lite europea no les quedar¨ªa ni la posibilidad de optar a ganar t¨ªtulos en su pa¨ªs: incluso el equipo B que presentar¨ªan los grandes -se guardar¨ªan a las mayores figuras para el glamour del continente- ser¨ªa muy superior a todos los dem¨¢s. El desprestigio de la Champions League tradicional ser¨ªa may¨²sculo: se clasificar¨ªan los equipos mejor colocados en las ligas nacionales que no pertenecieran al universo de la Superliga.
Si los grandes deciden romper con el sistema, deben romper con todas las consecuencias: quedar¨ªan fuera del f¨²tbol con todo lo que ello conlleva. Sus jugadores no deber¨ªan poder participar ni en Mundiales ni en Eurocopas ya que no estar¨ªan federados. Y observar¨ªan c¨®mo el palmar¨¦s de la Copa de Europa de siempre, aquella de la que ahora tanto presumen, seguir¨ªa su curso, a?o tras a?o, con nuevos nombres inscritos en el metal del trofeo. Ellos podr¨ªan ganar algo nuevo, s¨ª, pero algo ajeno a la tradici¨®n hist¨®rica del juego que nos enamora.