Una pregunta inc¨®moda en Can Bar?a
Utilizado. Messi ha acabado haciendo lo que siempre neg¨®. Poniendo (quitando en este caso) presidentes. De los entrenadores algo se sab¨ªa ya. Supimos de sus mensajes y sus desavenencias con Guardiola ("nos acabaremos haciendo da?o"), con Martino ("s¨¦ que si usted llama al presidente me despiden esta tarde, pero no hace falta que me lo recuerde cada d¨ªa", cuentan que le dijo el Tata en un entrenamiento) y de su pulso en las alturas con Luis Enrique. Messi sabe que su marcha es la sentencia final de Bartomeu, pero lo que peor le debe sentar, si es que su pretensi¨®n de verdad nunca fue esa, es que Font, Rousaud o Laporta lo est¨¦n utilizando a cara descubierta como un arma electoral. Porque si realmente la prioridad de los tres precandidatos fuese el Bar?a, lo que deber¨ªan estar haciendo es trabajar su renovaci¨®n consiguiendo que el futbolista, si es que como proclam¨® tiene un compromiso de amor con el club m¨¢s all¨¢ de lo que diga una firma, soportase seis meses m¨¢s a Bartomeu como ha hecho seis a?os. ?O es que acaso les interesa a todos, y no s¨®lo a Bartomeu para cuadrar las cuentas, que el ciclo se termine aqu¨ª y empezar uno nuevo con las manos limpias en 2021?
Antimessistas. Despu¨¦s de los kubalistas, los suaristas, los nu?istas o los cruyffistas, el famoso burofax ha dividido a la afici¨®n en lo ¨²nico que hab¨ªa estado de acuerdo en los ¨²ltimos quince a?os. El modo de comportamiento del argentino ha hecho brotar antimessistas. El otro bando, m¨¢s numeroso seguramente, sigue pensando que a Messi lo ha acabado echando la incapacidad del presidente. En todo caso, su continuidad, si por alguna casualidad el argentino terminase siguiendo, resultar¨ªa t¨®xica porque har¨ªa florecer un nuevo guerracivilismo en el avispero de Can Bar?a. Aunque es muy probable que ese enfrentamiento vaya a desencadenarse en los pr¨®ximos tiempos incluso con el argentino fuera.
Lecci¨®n. Si alg¨²n aprendizaje dejar¨¢ el final de Messi en las oficinas del Bar?a, es que ning¨²n jugador y su s¨¦quito puede alcanzar ese poder supremo. Este ha sido el comentario m¨¢s escuchado estos d¨ªas en el club. El Bar?a ha carecido de una figura de director ejecutivo, ese Jerry Krause de los Bulls de Jordan, que impida que la cadena de poder se ponga boca abajo. Nadie los ha podido contener. Y en eso, como en tantas otras cosas, s¨ª que no hay m¨¢s responsable que Bartomeu. El final de esta historia estaba escrito hace a?os. Era cuesti¨®n de tiempo. Ahora, es mejor que no haya marcha atr¨¢s. ?Acaso no es lo que les interesa a todos?