ME GUSTA EL F?TBOL
Michael Robinson, la caza del jabal赤 y el beso a San Javier
La llegada y estancia del delantero ingl谷s en Pamplona estuvo llena de inolvidables an谷cdotas

La 86-87 empez車 mal para Osasuna. Un chasco, pues en la anterior particip車 en la Copa de la UEFA y hasta elimin車 al Glasgow Rangers. En la jornada 11 perdi車 0-2 ante el Sporting y Javier Aguirre, un puntal (hoy entrenador del Legan谷s), se parti車 la tibia. Cay車 Brzic y le sustituy車 Zabalza, exjugador del club, del Bar?a y del Athletic. Zabalza tir車 de Echeverr赤a, entonces a迆n jugador, para hacerle su segundo.
Hab赤a que buscar un refuerzo. Acudieron a Goyvaerts, jugador en los sesenta del Bar?a, el Madrid y el Elche, con el que Osasuna fich車 dos a?os antes al dan谷s Pedersen. Goyvaerts les habl車 de Michael Robinson. Ex del Liverpool campe車n de Europa, estaba en el Queen*s Park Rangers. Con 28 a?os, buena edad todav赤a. Aunque arrastraba molestias en una rodilla. Echeverr赤a se puso a ello.
〞Fui a verle dos veces, ambas fuera, ante el West Bromwich y el Oxford. El Queen*s Park Rangers jugaba en c谷sped artificial y prefer赤 verle en hierba natural.
Le gust車. Vio un delantero grande, pero r芍pido, con movilidad. No era habilidoso pero s赤 inteligente, con buenos movimientos a los lados. Peinaba muy bien de cabeza y ten赤a un gran primer toque. M芍s que un goleador, que tambi谷n, era un desencadenante de jugadas de peligro. Y un luchador entusiasta.
Todo se aceler車 tras un empate en El Sadar ante el Sevilla, con gritos al presidente, Ferm赤n Ezcurra. As赤 que 谷ste llam車 el 5 de enero a Echeverr赤a y le dijo que viajara junto al gerente, Javier Zabaleta, a rematar y a traer a Robinson: ※Tiene que debutar el domingo en San Mam谷s§.
Madrugaron, tras bronca en casa por faltar el d赤a de Reyes, volaron a Londres, se citaron con el jugador en el club y all赤 se arregl車 todo. Robinson estaba a disgusto jugando en hierba artificial, le parec赤a sacr赤lego. ※Ve a casa, coges la maleta y nos vemos en el aeropuerto§, le dijeron. Hasta le dieron el billete. Ellos se quedaron completando el papeleo.
Robinson se fue a casa y se lo dijo a su mujer. Y ella:
〞?Osasuna? ?D車nde es eso?
〞Por el norte. El aeropuerto es Bilbao.
Cogieron el mapa de Espa?a, miraron en torno a Bilbao. No aparec赤a. La mujer fue a la mejor papeler赤a del barrio y compr車 un mapa mucho m芍s grande. Nada.
〞?Pero d車nde te han vendido, Michael?
〞Oye, estos eliminaron al Glasgow Rangers, no puede ser un sitio muy peque?o. Ser芍 que no sabemos mirar.
Y se fue al aeropuerto, sac車 la tarjeta y embarc車. No vio a Echeverr赤a ni Zabaleta en el avi車n y se mosque車. Lleg車 a pensar si todo ser赤a una broma de c芍mara oculta o algo as赤. Ellos hab赤an cogido un taxi en lugar del tren y el atasco les hizo perder el vuelo. Tras confirmar en el mostrador que un tal Michael Robinson viajaba en el avi車n, llamaron al taxista del club, Lesaga. Le dieron la descripci車n y le dijeron que fuera a toda prisa a Sondica.
A las ocho, ya muy anochecido, lleg車 Robinson a Bilbao, m芍s solo que la una. Sab赤a hola, adi車s, gracias, cerveza y contar hasta cinco, todo lo que hab赤a aprendido en alg迆n veraneo de futbolista gamberrete en Mallorca. ※Apareci車 un pavo que me dec赤a las palabras Robinson y Osasuna, as赤 que me met赤 en su taxi, en el que ten赤a colgados un mont車n de llaveros con escudos de equipos. Fue un viaje largo, sin hablarnos§, record車 el futbolista.
Le deposit車 en el hotel Ciudad de Pamplona, de la cadena NH. All赤 le recibi車 Zabalza, que adem芍s de entrenador de Osasuna era cofundador de la cadena NH y director del hotel. Le atendi車, le acompa?車 a la habitaci車n, cen車 con 谷l, junto a un recepcionista que hizo de int谷rprete. Le explic車 todo sobre el hotel. Al despedirse le dijo: ※A las 11 vendr芍 un coche para llevarte al entrenamiento§.
Robin se acost車 tranquilo. El hotel estaba bien, la ciudad, por lo poco que hab赤a visto, ten赤a tama?o y empaque para estar en los mapas, y ese director era un tipo fiable que podr赤a aconsejarle.
La ma?ana siguiente, le recogi車 un taxi y le llev車 al entrenamiento. Los compa?eros le recibieron efusivamente, o eso entendi車, porque apenas alguno chapurreaba ingl谷s. Echeverr赤a, que s赤 lo hablaba, hab赤a volado esa ma?ana a Madrid y viajaba en ese momento por carretera hacia Pamplona. Robin empezaba a cambiarse cuando, para su sorpresa, apareci車 el director del hotel, al que todos mostraron mucho respeto. Habl車 algo, se?al芍ndole, y los jugadores asent赤an. Pens車: ※Qu谷 t赤o m芍s majo, ha venido a recomendarme a los dem芍s§.
Su sorpresa fue que al saltar todos al campo el director del hotel estaba ah赤, vestido de ch芍ndal, y con borcegu赤es. ※Ser芍 amigo, vendr芍 a correr algunos d赤as, tiene un aire deportivo§. Pero empez車 la sesi車n, se puso al frente con el pito y daba las 車rdenes. Aquello era inexplicable. Por fin lleg車 Echeverr赤a y le aclar車 que el entrenador y el director del hotel eran una sola persona.
Debut車 en San Mam谷s. Osasuna ten赤a la costumbre de rezar un Padrenuestro antes de cada partido. Robinson s車lo asociaba el rezo a situaciones de p芍nico. Perdieron 4-1 y telefone車 a su padre: ※F赤jate si somos malos que rezamos antes de los partidos#§.
Pidi車 cerveza al acabar el encuentro, como es usual en Inglaterra, pero Echevarr赤a le dijo que Zabalza no lo permit赤a. Robin arroj車 un argumento demoledor: ※Soy el 迆nico campe車n de Europa en la Liga espa?ola. All赤 tomamos todos cerveza, no puede ser malo§. Le sentaron en el primer asiento del autob迆s, bajo el que colocaron de tapadillo una caja de cervezas que despach車 en el regreso a Pamplona. Pronto se levant車 la proscripci車n con car芍cter general.
Cay車 de pie. Aparte del orgullo de tener un ex del Liverpool campe車n de Europa, la grada y 谷l sintonizaron a la primera. Su despliegue, su entusiasmo, el muletazo para celebrar los goles# Todo cautiv車. Termin車 la temporada como el favorito de la ciudad. Fue la temporada de los playoff, interminable por la maniobra de Irigoyen, que salv車 al C芍diz a costa del Racing. Eso le hizo pensar que ※esos saben algo que los dem芍s no sabemos§.
Ese verano se buscaba mejorar el centro del campo. Le preguntaron a Robin por Sammy Lee, compa?ero en el Liverpool y en el QPR. Robin le llam車:
〞?Pero t迆 est芍s bien ah赤, Robin? Me han dicho que el norte es aburrido, que lo divertido en Espa?a es el sur o las playas...
〞No, no temas, esta es una ciudad con ambiente, lo pasaremos bien, ya ver芍s.
Sammy cay車 en Pamplona el 迆ltimo d赤a de sanfermines: ※Caray, Michael, me dijiste ambiente, pero no imaginaba tanto#§.
En pretemporada se concentraron en el Pirineo, donde se hartaron de correr por r赤os secos. Un d赤a, un par de compa?eros se acercaron con sigilo a Robin:
〞Oye, esta noche salimos de caza. ?Nos acompa?as?
A Robin le entusiasm車 la idea. Pens車 que caza era otra cosa.
〞?Claro! ?Puedo avisar a Sammy?
〞S赤, pero a nadie m芍s. Esto tiene que ser muy discreto. A las doce, en el garaje.
Se perfum車, se visti車 de gal芍n, recogi車 a Sammy y bajaron al garaje. All赤 estaban los otros conjurados, vestidos de caza. ※?Qu谷 camuflaje tan bueno!§, pens車 Robin. Tras un ratito de carretera salieron por una pista, subieron un monte y result車 que era verdad. ?Iban de caza! Robin y Lee se quedaron en el coche, maldurmiendo, maldiciendo y maldici谷ndose. Los otros regresaron euf車ricos con un jabal赤, que echaron en la parte de atr芍s y ol赤a a demonios.
La concentraci車n acab車 con La Ofrenda al Santo en el Castillo de Javier, una tradici車n en el club que acaba con cena de plantilla y directivos. Todos pasaban a besar la reliquia de San Francisco Javier. A Robinson le toc車 el primero. Se arrodill車 y el capell芍n le acerc車 algo que ten赤a entre las manos. Fue a cogerlo, pero el capell芍n se lo retir車, le mir車 enarcando las cejas y frunci車 tres veces los labios en actitud de beso. Robin se qued車 perplejo. Por fin, el capell芍n hizo adem芍n de besar la reliquia y se la volvi車 a ofrecer a Robin, que por fin comprendi車. Los compa?eros se mondaban.
Fue un buen a?o. Osasuna qued車 quinto. Echeverr赤a recuerda: ※Nos cambi車. Levant車 el esp赤ritu del grupo, era muy exigente consigo y con todos, contagiaba. No admit赤a que en Espa?a se jugara a la defensiva fuera, quer赤a que se jugara como en El Sadar. Nos abri車 los ojos en muchos sentidos§.
Pero la dichosa rodilla... Al principio de la tercera temporada le operaron y se sinti車 enga?ado cuando supo que en lugar de una reparaci車n seria le hicieron un corta y pega para que volviera cuanto antes. El 15 de enero de 1989 jug車 su 迆ltimo partido, en el campo del Betis. Ofreci車 renunciar al contrato, no cobrar desde ese d赤a, pero el club le pag車 hasta el fin de temporada.
La historia de amor de Robinson y Pamplona tuvo otro contratiempo cuando regres車 en 1992, con Canal +. Fue tan bien recibido que sugiri車 que su hijo hiciera el saque de honor. Zariquiegui, ex芍rbitro y delegado de campo, dijo que en partidos televisados no pod赤an salir ni?os por la Ley de Protecci車n del Menor.
Su posterior enamoramiento del C芍diz hizo que en Pamplona se mudara en algunos corazones la devoci車n por el despecho. Pero ahora que falta, han vuelto all赤 el cari?o y el orgullo de haberle tra赤do a Espa?a. Y Osasuna, que cumple los 100 a?os en octubre, sue?a con celebrarlo contra el Liverpool, en homenaje a su recuerdo.