El vac¨ªo de Borja Iglesias y el novicio Salisu
Atrapado
El bienestar del delantero se cuelga del gol, aunque en la actualidad se han extendido sus funciones e incidencia en el juego. Borja Iglesias representaba esta nueva fisonom¨ªa del nueve. Era un jugador con inteligencia para estirar a su equipo con sus desmarques, sostenerlo con sus apoyos y descargas y protagonista de honrosos esfuerzos defensivos. En el Betis ni marca, ni termina de participar con acierto. Sin la alegr¨ªa que expresaba antes en el campo, desconectado en la definici¨®n y apocado en sus intervenciones, acab¨® expulsado frente al Legan¨¦s tras una actuaci¨®n tan pobre como significativa. De los 18 duelos que mantuvo apenas se impuso en tres, perdi¨® once balones y no complet¨® ning¨²n regate. El alto precio de su fichaje, casi a la altura de Denilson, le pasa factura en una temporada en la que s¨®lo ha hecho tres goles. Y el f¨²tbol no tiene memoria, aunque acostumbra a brindar oportunidades de redenci¨®n.
En proceso de ser
Dec¨ªa Sergio a sus m¨¢s allegados en verano que ten¨ªa un defensa con un futuro apabullante. Se refer¨ªa a Salisu, central todav¨ªa lejos de su plenitud al que alumbran unas condiciones innatas. Tiene presencia, velocidad y oficio. Como le pas¨® a Calero, ahora perdido en el Espanyol, le ha sentado bien la escolta de Kiko Olivas, un defensa con menos nombre que virtudes. Dada su baja cl¨¢usula y poderoso talento, Salisu ha entrado de lleno en la agenda de los grandes, pero para su crecimiento ser¨ªa mejor asegurarse m¨¢s partidos en el Valladolid. A¨²n ofrece s¨ªntomas de estar en fase de instrucci¨®n como dej¨® ver en Granada. Salisu sali¨® en la foto del gol de Puertas al no atender su marca y desajustarse posicionalmente con Ra¨²l Garc¨ªa. Error de juventud.
Riesgo en el cambio
Aunque conserva su privilegiada posici¨®n, el Sevilla se ha desfigurado. Se se?ala a Lopetegui por la merma de solvencia atr¨¢s y por las recurrentes dificultades arriba. Del empate ante el Espanyol se puede rescatar la contribuci¨®n de Suso. Lopetegui ech¨® un ¨®rdago al tocar lo que mejor funcionaba. Apartar a Ocampos de la banda derecha para alistar ah¨ª al ex del Mil¨¢n y llevarlo a la izquierda supon¨ªa renunciar a la sociedad fecunda del argentino con Navas. La mudanza no ha afectado a un Sevilla que moviliz¨® sus ataques por el costado de siempre. El 45% de sus jugadas ofensivas llegaron por la derecha. Suso ha entrado con buen pie, se entiende con Navas ¡ª29 pases intercambiados¡ª y su zurda vale goles propios y ajenos. Ocampos tambi¨¦n marc¨®, a pase del gaditano, pero se le intuy¨® inc¨®modo en el sector izquierdo cerr¨¢ndose continuamente en los pasillos interiores. En Lopetegui recae no depreciar el estatus del argentino.
La percepci¨®n y los datos
Cuando uno est¨¢ abajo, importa m¨¢s ganar que c¨®mo ganar, pero en el c¨®mo se suele encontrar la explicaci¨®n del triunfo. El Mallorca mereci¨® la victoria lograda ante el Alav¨¦s desde el inicio hasta el final. La entrada de Kubo en el descanso renov¨® el ataque y aviv¨® la circulaci¨®n. Desde la derecha al centro, compensando Pozo sus ausencias en las alas, dise?¨® jugadas de peligro en casi todas sus apariciones. Preguntado Vicente Moreno por la relevancia de la sustituci¨®n, proclam¨® que el cambio del japon¨¦s no hab¨ªa sido "decisivo" y que ya en el primer tiempo su equipo hizo honores para un mejor resultado. Atendiendo a la estad¨ªstica, no le falta raz¨®n. El Mallorca remat¨® ocho veces en la primera parte por seis en la segunda. Los n¨²meros se achicaron, en parte, por la prontitud de gol del Cucho, pero nadie puede negar el aire que dio Kubo al juego de su equipo.?