El f¨²tbol prodigiosamente bello
"La tierra bella"
El f¨²tbol era patrimonio de los chicos, en el recreo y en el campito. Las chicas ni miraban, iban a sus cosas, algunas trabajaban antes de tiempo, en los almacenes de tomates, envolviendo en papel blanco los productos de la tierra. Los chicos est¨¢bamos en el campito, aprendiendo a competir a gritos. As¨ª fue durante a?os. Ahora las chicas bajan al campo y, como los chicos, encuentran (dice Blanca Varela) que "la tierra entre tus pies/ gira como nunca/ prodigiosamente bella". Es el f¨²tbol, una met¨¢fora de la vida. Un deporte que existe como espect¨¢culo y que merece el homenaje de los que nos hemos hecho bajo su influjo.
"Mi atila mi ni?o"
En ese bello poema F¨²tbol Blanca Varela (Per¨², 1926-2009) se refiere a un ni?o, "mi atila mi ni?o", seguramente destinatario de sus versos; pero ahora el ni?o es ni?a o mujer seguramente, porque ya el f¨²tbol femenino le empieza a morder las canillas al f¨²tbol de los chicos, y Espa?a es ahora gozosa capital de esta jubilosa novedad. Pues si el f¨²tbol ha sido algo, en la grada, en la expresi¨®n de la afici¨®n, en el colorido de los espectadores, es intergeneracional e intersexual. Una mezcla total de voces y de gritos, y de acentos. El m¨¢s internacional de los deportes en el mundo global. No es un cambio, es la justicia.
Las espa?olas
No era una utop¨ªa, as¨ª que ya est¨¢ aqu¨ª la gran competici¨®n. El s¨¢bado atl¨¦ticas y donostiarras hicieron de Los C¨¢rmenes el escenario de esa disputa que ahora ya no tiene fronteras. La calidad las asiste, la organizaci¨®n las ampara. La Real gan¨® la Copa de la Reina, pero para el p¨²blico hubo, adem¨¢s, otro vencedor (una vencedora), el f¨²tbol femenino. Es decir, el f¨²tbol. Nunca se habl¨® antes del f¨²tbol masculino, habr¨¢ que decir ahora, pues, sencillamente f¨²tbol, "no es sino eso la tierra", el bal¨®n sobre el terreno e inteligencia y pies y ritmo jugando. Ni hombres ni mujeres, f¨²tbol.
Valverde
Mientras tanto, el f¨²tbol de antes, el de los hombres, dirime la crisis del Bar?a. De Valverde y Messi. La derrota en Liverpool fue como una bomba en un gallinero que estaba quieto gracias a victorias trabajadas con cierto disgusto. El disgusto salt¨® y empezaron en el vestuario las culpas que desatan las derrotas. Cuando el alma se serene se recoger¨¢ del suelo ("no es eso sino la tierra") la sangre derramada, y s¨®lo la prudencia har¨ªa justicia. No toda la culpa puede ser de uno solo, y entonces s¨ª se salvar¨¢ Valverde. Pero como en lugar de justicia haya justiciero se ir¨¢ Valverde tras un biombo de olvido.
Alfredo corriendo
Rubalcaba era veloz en todo, pensando, deduciendo, corriendo. Fue un competidor audaz en atletismo. Cuando lleg¨® a la pol¨ªtica, su partido, el socialista, le encomend¨® la educaci¨®n. Y fue en esos campos, gobernando, un maestro de la negociaci¨®n. R¨¢pido como una centella. Una lesi¨®n lo alej¨® de los campos y lo meti¨® en los despachos. Cuando se acab¨® su etapa como pol¨ªtico, donde hizo de todo, hasta acab¨® con ETA, regres¨® a las aulas, sin m¨¢s ruido que el que le daban la ense?anza y el f¨²tbol. Como orador, sigui¨® corriendo. Era un as de la oratoria. Y un madridista sin descanso. Su equipo era su ley del f¨²tbol.
De blanco siempre
Y nunca reneg¨® de su equipo, ni un minuto. Encontraba en la victoria el ¨²nico m¨¦rito de los jugadores y en la derrota siempre hallaba atenuantes, porque la camiseta nunca se rinde. La camiseta de la afici¨®n, quiero decir. Daba gusto escucharle hablar de estrategias y t¨¢cticas, pues en la pol¨ªtica era especialista en tales cuestiones geom¨¦tricas, y aplicaba sus intuiciones al f¨²tbol para explicar c¨®mo su equipo hab¨ªa hallado la gloria o c¨®mo iba a superar las malas rachas. Enorme pena hablar en pasado de este Di St¨¦fano de grada, de este gran pol¨ªtico con coraz¨®n de atleta y de madridista.
La frase
"F¨²tbol. Juega con la tierra/ como con una pelota//
b¨¢ilala/ estr¨¦llala/ revi¨¦ntala/ no es eso sino la tierra"
Blanca Varela, poeta peruana