Rafael Nadal, esfuerzo y concentraci¨®n

?Qu¨¦ barbaridad! Cuidado que hemos visto veces jugar bien a Nadal, pero esta fue de las mejores. Thiem estaba anonadado, porque ¨¦l a su vez hizo un gran partido y no encontr¨® resquicio. Me gust¨® el humor anglosaj¨®n con el que Ken Rosewall, ese grande invitado para hacer la entrega, coment¨® que agradec¨ªa ¡°no haber jugado ese partido¡± y que ¡°me hubiera gustado ver alg¨²n set m¨¢s¡±. Pero ayer Nadal estuvo intratable abajo, tanto como cort¨¦s arriba, donde cubri¨® de elogios a Thiem y a la organizaci¨®n y se bati¨® para exprimir su franc¨¦s, que no maneja tan bien como el ingl¨¦s. Es igual: para cautivar a Par¨ªs le basta la raqueta

Son ya once victorias en Roland Garros. Esto empez¨® en 2005, tres a?os antes de que La Roja ganara su Eurocopa de Austria-Suiza. Lo ha dejado de ganar tres veces, una en 2009, cuando cay¨® ante S?derling con la rodilla maltrecha, otra en 2015 ante el mejor Djokovic, y el a?o siguiente, retirado por lesi¨®n. En total, de 88 partidos ha ganado 86. Y lo admirable es c¨®mo tras m¨¢s de un bache por molestias en la rodilla, ha vuelto a alcanzar el nivel de perfecci¨®n con que jug¨® ayer. Su carrera es un culto al esfuerzo, a la constancia y a la concentraci¨®n. Ayer no le vimos ni una duda, ni un despiste, ni un desmayo pasajero.

As¨ª que una vez m¨¢s, y como tantas veces antes, reclamaremos ante este Mundial ¡®once nadales¡¯. Es el modelo definitivo del buen deportista, orgullo de este pa¨ªs y ejemplo a seguir por la ciudadan¨ªa. En cierto modo ha hecho pareja, en la distancia, con Gasol, y entre ambos han inspirado la ¨¦poca m¨¢s plena del deporte espa?ol, a la que se sumaron muchos otros. Entre ellos, la generaci¨®n triunfal de La Roja, de los que algunos (Sergio Ramos, Iniesta, Silva y Reina) sobreviven de aquel lejano triunfo de Viena. Lejano, s¨ª, pero tres a?os m¨¢s reciente que el primero de Nadal. Ahora que el f¨²tbol va por otro desaf¨ªo, ¨¦l les inspira de nuevo.