Nada que perder
Soy una persona cong¨¦nitamente optimista. No tengo la culpa ni m¨¦rito alguno, porque nac¨ª as¨ª. Siempre veo la botella medio llena, y por eso, casi podr¨ªa decir que por instinto, soy partidaria del VAR. Pero el optimismo no es mi ¨²nico atributo cong¨¦nito. Tambi¨¦n soy colchonera de nacimiento. No es mi culpa, porque mis dos abuelos eran madrile?os y del Atleti, pero hasta cierto punto s¨ª es un m¨¦rito propio porque, durante toda mi vida, he cultivado esa herencia con amor y devoci¨®n. Porque no soy del Bar?a, ni mucho menos del Madrid, soy partidaria del VAR. Y aunque mientras escribo estas l¨ªneas soy consciente de que, tal vez, en alg¨²n momento pueda llegar a lamentarlas, apoyo el videoarbitraje por una cuesti¨®n de justicia elemental.
Ya s¨¦ que los ¨¢rbitros pueden equivocarse hasta con una pantalla delante, porque la capacidad de cometer errores es intr¨ªnsecamente humana, pero todos los instrumentos que contribuyan a minimizarlos deben ser bienvenidos. Adem¨¢s, las m¨¢quinas no sienten. No han tenido abuelos de ning¨²n equipo, no pidieron una camiseta a los Reyes cuando eran ni?os, carecen de opini¨®n sobre los escudos, los acentos, los colores
Tampoco perciben la presi¨®n del ambiente. Las m¨¢quinas no saben qu¨¦ equipo es el favorito, ni cu¨¢l juega de local, ni cu¨¢ntos millones ha costado la estrella que acaba de ganarse a pulso una roja directa. No pueden reemplazar a los humanos, pero s¨ª ayudarles a ser m¨¢s precisos, m¨¢s eficaces, tanto en el f¨²tbol como en otros aspectos de nuestra vida diaria. Y a cambio de que no suban al marcador los goles impulsados con la mano pero s¨ª aquellos en los que el bal¨®n ha entrado, aunque la porter¨ªa lo haya repelido despu¨¦s¡ ?qu¨¦ podemos perder? Un buen ¨¢rbitro sigue el partido pegado al bal¨®n. Para aclarar dudas que se resuelven trazando una l¨ªnea sobre una imagen, el VAR es infalible y rapid¨ªsimo. Eso, que en atletismo se llama foto finish, est¨¢ probado desde hace d¨¦cadas. Para interpretaciones m¨¢s delicadas, cuando la decisi¨®n se alargue, se cronometra el retraso y se suma en el descuento, exactamente igual que se hace ahora con las lesiones de los jugadores.
?Que el VAR resta espontaneidad, naturalidad, frescura, a los partidos? Eso habr¨ªa que haberlo pensado antes de convertir el f¨²tbol en un asunto de jeques ¨¢rabes, trapicheos empresariales, cheques millonarios, merchandising y prensa descaradamente parcial. Ahora ya no tenemos nada que perder.