Los enemigos de las e-bikes
La convivencia entre los diferentes tipos de ciclistas no siempre es sencilla y pueden surgir conflictos
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Si ya est¨¢s convencido de que una e-bike es una alternativa para ti, llega el momento de hacerte una advertencia importante: no todos los ciclistas van a acoger con el mismo entusiasmo tu decisi¨®n. Debes estar preparado para escuchar comentarios de lo m¨¢s variados (¡°Eso es una moto¡±, ¡°As¨ª cualquiera¡±, ¡°?No puedes dar pedales?¡±) e incluso vivir algunas situaciones un tanto desagradables con personajes que, como en cualquier ¨¢mbito, esgrimen la bandera del autoritarismo en defensa del ¨²nico criterio que les resulta v¨¢lido, el suyo.
Tengo que reconocer a m¨ª me sorprendi¨® inicialmente encontrarme tales actitudes, de ah¨ª que vea necesario compartirlas con quienes se incorporan al ciclismo el¨¦ctrico, para que pod¨¢is estar sobre aviso. Lo primero que se me vino a la cabeza fue preguntarme qu¨¦ demonios le importaba a aquel tipo tan jocoso lo que yo hiciera, esa costumbre insana de meterse en la vida de los dem¨¢s supera mi paciencia. No se trata, por desgracia, de casos tan aislados y son bastantes los que aprovechan la m¨¢s m¨ªnima oportunidad para poner en el disparadero la utilizaci¨®n de este tipo de bicis en recorridos de monta?a, recriminando incluso a sus usuarios unos con iron¨ªa y otros con bastante mala intenci¨®n. A unos y otros, creedme, ni caso m¨¢s all¨¢ de lo anecd¨®tico del asunto, pronto te habit¨²as a ello y dejas de darle trascendencia alguna (en realidad, nunca la tiene).
Mi primera recomendaci¨®n al respecto es la de mantener la compostura en todo momento, no entrar en modo alguno al trapo de las burlas f¨¢ciles e incluso las descalificaciones. Se disfruta tanto de una salida con la e-bike que no debemos permitir que un patoso estropee la jornada. Entre otras cosas porque no merece la pena cogerse un berrinche por alguien que ni siquiera tiene la capacidad de plantearse qu¨¦ le molesta del hecho de encontrarse con otro subido en una bicicleta el¨¦ctrica. Es una realidad, si le dedicaran siquiera un minuto a cuestionarse sus prejuicios no los tendr¨ªan, no existen argumentos racionales para ello.
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Si hay quien piensa que con este tipo de bicicletas la actividad f¨ªsica es nula, se equivoca de pleno pero est¨¢ en su derecho de chapotear en su error de por vida. Sigo sin entender qu¨¦ puede importarle a nadie cu¨¢nto ejercicio hago o dejo de hacer si utilizo una e-bike, tanto como si me quedo en el sof¨¢ de casa viendo la tele¡ En el fondo de la cuesti¨®n creo que existe cierto complejo de competitividad (o puede que de superioridad) mal entendida, como si algunos individuos vigor¨¦xicos tienen que picarse hasta con su sombra y, claro, lo de que un se?or (por los a?os) entrado en kilos (por la forma f¨ªsica) llegue a ponerles en apuros en plena pendiente supone, rid¨ªculamente, una especie de afrenta para su orgullo de campeones.
Por la parte que nos toca a los usuarios de las e-bikes,?tenemos la obligaci¨®n de mantener una actitud especialmente respetuosa y cuidadosa con el resto del colectivo ciclista. Es obvio que la existencia de un motor el¨¦ctrico aporta unas ventajas significativas en t¨¦rminos de rendimiento absoluto y abusar de ello resulta poco apropiado y feo, muy feo. Pretender hundir en la miseria a un abnegado ciclista que sufre y se esfuerza como un jabato para coronar una ascensi¨®n abusando del motor supone una bajeza que deber¨ªamos evitar, empezando porque carece de sentido alguno presumir de poder¨ªo cuando lo que nos ayuda a exhibirlo es justo ese rendimiento artificial de la mec¨¢nica. Simplemente pat¨¦tico¡
La convivencia es posible e inevitable, no nos queda otra. Las bicicletas convencionales seguir¨¢n siendo, al menos durante mucho tiempo, mayor¨ªa en los caminos y senderos, mientras que el crecimiento del parque el¨¦ctrico es imparable y su presencia es cada d¨ªa m¨¢s frecuente y numerosa. As¨ª que deber¨ªamos aplicarnos el cuento del vive y deja vivir, ser respetuosos, inteligentes y educados, no juzgar lo que hacen los dem¨¢s y jam¨¢s olvidar que todos compartimos una misma pasi¨®n por la naturaleza, el aire libre y tambi¨¦n el deporte. Aunque siempre habr¨¢ quien piense que con una bici el¨¦ctrica esto ¨²ltimo es s¨®lo un espejismo. All¨¢ cada cual con su ignorancia o prejuicios, ?no os parece? Lo dicho: paciencia mientras las cosas se normalizan y disfrutad a tope de la experiencia e-bike.
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