G¨¢rate y aquel hongo maldito
Se le clav¨® un taco en la rodilla y tuvo que retirarse con 31 a?os. Fue el jugador que m¨¢s cari?o recibi¨® en el Manzanares.
Esta semana recibi¨® el Atl¨¦tico al Elche, en la Copa. A G¨¢rate y a muchos atl¨¦ticos les traer¨¢ un mal recuerdo.
El 1 de febrero de 1976, el Elche visit¨® al Atl¨¦tico en partido de Liga. En principio, un partido m¨¢s. Gan¨® el Atl¨¦tico 3-0. Normal, era superior, aspirante al t¨ªtulo, jugaba en casa. Las cr¨®nicas del d¨ªa siguiente hablan de un buen partido de toda su delantera, en especial de Leivinha. Pero tambi¨¦n de G¨¢rate, Jos¨¦ Eulogio G¨¢rate Ormaechea, el jugador m¨¢s querido por la afici¨®n en aquellos a?os. Todav¨ªa el m¨¢s querido, quiz¨¢, para un par de generaciones de atl¨¦ticos. El que m¨¢s cari?o mereci¨® y recibi¨® en el Manzanares.
Entrando m¨¢s a fondo en las cr¨®nicas, se lee sobre la dureza del partido. Y se habla de una entrada de Indio, del Elche, que le produjo un corte con un taco a G¨¢rate en la rodilla en el minuto doce. Le bajaron al vestuario, sanaron la herida, le pusieron tres puntos y a los siete minutos estaba otra vez en juego, vendado, pero en condiciones de rendir. Tanto, que al poco de regresar abri¨® el marcador en un precioso cabezazo, en plancha, girando la cabeza. Un gol de pa?uelos.
Sigui¨® jugando esa temporada, con normalidad, aunque algo le molestaba aquella rodilla. La cicatriz daba pegas. Alguna vez hab¨ªa que infiltrarle, por alg¨²n golpe en esa rodilla, o en la otra, o en cualquier lado. A G¨¢rate le pegaron mucho y ¨¦l nunca respond¨ªa, ni se quejaba. Su nobleza era una de las razones por las que se le quiso tanto, no s¨®lo en el Manzanares, sino en todos los campos. Era hasta pacato para celebrar sus goles, para no molestar al rival. La otra raz¨®n era la elegancia de su juego. Fue un delantero centro de cabezazo muy limpio, pero tambi¨¦n muy bueno con los pies, para la pared, para el regate. Se mov¨ªa con inteligencia entre el centro del ataque y la izquierda, arrastrando al central, abriendo huecos para los que ven¨ªan de atr¨¢s.
Acab¨® la Liga con normalidad. Al Atl¨¦tico se le escap¨® el t¨ªtulo en las ¨²ltimas jornadas, pero gan¨® la Copa, 1-0 en la final, gol de G¨¢rate a Junquera. Muy buen gol. Poco despu¨¦s sufri¨® un entrad¨®n de Heredia, que le produjo un nuevo corte. Estuvo ocho minutos fuera, pero complet¨® el partido, incluso cogi¨® la Copa, como capit¨¢n, de manos del Rey Juan Carlos.
Aquel iba a ser su ¨²ltimo gol. ?Qui¨¦n lo pensaba ese d¨ªa? S¨®lo ten¨ªa 31 a?os. Le quedaba cuerda para rato, considerando que era jugador m¨¢s de t¨¦cnica e inteligencia que de fuerza.
En verano empez¨® a sentir molestias crecientes. A la vuelta se lo dijo al doctor Ib¨¢?ez, m¨¦dico del club, primer gran especialista espa?ol en medicina deportiva. Este le explor¨® la rodilla. Lo vio todo bien, con la salvedad de un bultito. Hizo una extracci¨®n. Se hicieron cultivos, se encontr¨® un hongo de nombre Monosperium Apiospermun. Un hongo que se cr¨ªa entre la hierba en climas c¨¢lidos y h¨²medos. Una rareza en Espa?a. La herida de un taco hab¨ªa introducido esporas, revueltas en la tierra y las ra¨ªces del c¨¦sped.
La presencia de ese hongo provoca una enfermedad llamada Mitezoma de rodilla, frecuente entre cortadores de ca?a en zonas tropicales. Ib¨¢?ez viaj¨® a Brasil, a informarse. El tratamiento recomendado era Anfotericina B. Se aplic¨®, hubo una mejor¨ªa, incluso jug¨® el 24 de octubre un rato contra el Bar?a. Fueron sus ¨²ltimos minutos como futbolista.
Pero todo se torci¨®. Estaba registrado un porcentaje de casos en que el organismo del paciente rechazaba ese tratamiento, y el de G¨¢rate fue uno de esos. El hongo se com¨ªa la rodilla, la medicina le afectaba el ri?¨®n. ¡°Lleg¨® a pedirme que le cortara la pierna¡±, me comenta el Doctor Ib¨¢?ez. Aquello avanzaba y no se ve¨ªa remedio.
Ib¨¢?ez viaj¨® de nuevo a Brasil y un gran especialista, Lacasse, le habl¨® de otro medicamento, Nitrato de Miconazol. En Espa?a se comercializaba s¨®lo en polvo, para los pies. Se pod¨ªa adquirir en B¨¦lgica como inyectable. Lo trajo y funcion¨®. Desapareci¨® el hongo, pero la rodilla estaba liquidada.
?Qui¨¦n meti¨® el hongo? ?Indio? ?Heredia? Entre una cosa y otra jug¨® muchos partidos, pero el dictamen cl¨ªnico fue que aquello entr¨® con la herida que produjo Indio, mucho m¨¢s profunda. En todo caso fue algo fortuito: ¡°Algo rar¨ªsimo. Lo he publicado en cuatro idiomas, porque fue un caso que interes¨® mucho, dado la infrecuente que es. Heridas por taco hay con relativa frecuencia, que se colara ese hongo fue algo excepcional¡±.
El Atl¨¦tico despidi¨® a G¨¢rate con un bonito homenaje el 1 de junio de 1977, un partido entre el Atl¨¦tico y una Selecci¨®n Vasca, que capitane¨® Iribar. Antes del partido le correspondi¨®, como capit¨¢n, coger el trofeo de campeones de Liga 76-77.
No pudo jugar. Sali¨® de traje, ayud¨¢ndose de muletas, que le sostuvo alguien mientras ¨¦l hac¨ªa el saque de honor.
Fue el trance m¨¢s emotivo que recuerdo en el Manzanares.