A rebufo del gran Nieto
Hay nombres que las personas de mi generaci¨®n, a?o arriba o a?o abajo, llevamos escuchando desde chiquititos. Boquiabiertos. Son nombres de personajes legendarios, los nombres de campeones en tiempos des¨¦rticos, cuando un triunfo era un oasis y cada deportista destacado se proclamaba pionero. A ciertas edades te los imaginabas con capa, superh¨¦roes en vi?etas de c¨®mic. Son los nombres de Manolo Santana, Paquito Fern¨¢ndez Ochoa, Federico Mart¨ªn Bahamontes, Emiliano Rodr¨ªguez, Severiano Ballesteros¡ Y, por supuesto, ?ngel Nieto. El 12+1, como a ¨¦l le gustaba denominarse para evitar el n¨²mero 13, se ha ido antes de tiempo. Como tambi¨¦n lo hicieron Seve y Paquito. Ellos, por una enfermedad cruel. Nieto, por un accidente traicionero. Sobre ruedas. Como vivi¨® toda su vida.
Queda su leyenda, queda su recuerdo. Eso no se lo llevar¨¢ nadie. Incluso tuve la fortuna de disfrutarle en activo, de encender la televisi¨®n los domingos por la ma?ana para verle ganar en la televisi¨®n p¨²blica, la ¨²nica que hab¨ªa entonces, cuando encaden¨® sus ¨²ltimos t¨ªtulos mundiales en 125cc, que a?ad¨ªa a aquellos anteriores en 50cc. Las motos de Nieto me parec¨ªan muy peque?as. Y su figura, muy grande. Despu¨¦s de Nieto llegaron el tambi¨¦n malogrado Ricardo Tormo y Jorge Mart¨ªnez Aspar¡ Y despu¨¦s de ellos, el esplendor. Las motos crecieron, los espa?oles se apoderaron de los circuitos. Sito Pons, Alex Crivill¨¦, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo, Marc M¨¢rquez¡ 46 t¨ªtulos mundiales. Grandes campeones. Siempre a rebufo del gran Nieto.