Adi¨®s de Diana a los obst¨¢culos
Diana Mart¨ªn cruz¨® la meta del Estadio Ol¨ªmpico de R¨ªo en 9 minutos, 44 segundos y 7 cent¨¦simas, regal¨® un cari?oso saludo a la grada, se arrodill¨®, bes¨® la pista y concluy¨® as¨ª la ¨²ltima carrera de 3.000 metros obst¨¢culos de su vida. Admiro mucho a Diana Mart¨ªn. Es de ese tipo de atletas que han forjado un historial silencioso, sin estridencias, aparentemente discreto, pero que en realidad resulta inalcanzable para la mayor¨ªa de nuestros atletas. Hay quien solo mira las medallas. Diana consigui¨® una en el Europeo de Z¨²rich, en 2014, el d¨ªa en el que probablemente concedi¨® m¨¢s entrevistas que en toda su vida. As¨ª somos. Pero en realidad, Diana no olvidar¨¢ sus experiencias y emociones en dos Juegos Ol¨ªmpicos, cuatro Mundiales y cuatro Europeos.
Sobre todo, Diana no olvidar¨¢ el infierno de lesiones por el que ha pasado ¨²ltimamente. Ese t¨²nel que parece no tener salida. Cuando nadie te hace ninguna entrevista. Cuando cada paso de un obst¨¢culo supone un dolor permanente. Cuando parece que ya no eres t¨². Ahora ya no saltar¨¢ m¨¢s. No puede hacerlo. Pero su coraz¨®n de atleta le sigue diciendo que siga: 10.000 metros, media marat¨®n, tal vez marat¨®n¡ Volver a sentirse libre, carrera a carrera. Otra vez.