La porter¨ªa de los hermanos Marx
Aranzubia es la soluci¨®n al laberinto del Atl¨¦tico en su porter¨ªa. Veterano, correcto, barato y sin grandes aspiraciones. Soportar¨¢ la suplencia y no temblar¨¢ si le toca jugar. Un final sensato para un proceso delirante que ni los guionistas de S¨¢lvame habr¨ªan podido idear. Cuesta seguir el hilo. Aunque muy bueno, Courtois es s¨®lo provisional. Una excentricidad: va para tres a?os ya a pr¨¦stamo, lo que lleva fichado por el Chelsea. A su lado convivi¨® Asenjo, un flan al que el Calder¨®n le vino grande. Su salida, aunque tard¨ªa, era una urgencia. No as¨ª la de Joel, un gigant¨®n con futuro que fue vendido pese a insinuar categor¨ªa de sobra en su ¨²ltima cesi¨®n. Luego el club col¨® a Roberto (que ya demostr¨® a?os atr¨¢s en la casa histerismo para el puesto), pero como trabalenguas: llega del Zaragoza, fichado del Benfica, con Pizzi incluido en el trueque, para ser cedido al Olympiacos.
As¨ª que el? canterano Bono, a¨²n tierno, se fue haciendo ilusiones en falso mientras Caminero le tiraba los tejos a Moy¨¤, un segundo que bien podr¨ªa ser un primero el curso que viene. El Getafe demor¨® el acuerdo hasta asegurarse un sustituto, Aranzubia, quien de una ma?ana a otra ha pasado de aspirante a portero azul¨®n a convertirse en el hombre que buscaban los rojiblancos. El arquero que mejor se ajusta a la necesidad. Es decir, el final m¨¢s simple por el camino m¨¢s largo. Cinco operaciones para dar con un suplente sin resolver la sucesi¨®n del titular. El Atleti.