Un recibimiento inesperado
El primer d赤a en el vivac activ車 la cuenta atr芍s para el inicio del Dakar. Y entre reencuentros, fotos y abrazos, una tormenta de arena nos record車 d車nde estamos.
Fue bonito mientras dur車. La alegr赤a rebosaba en un autob迆s que a las dos de la ma?ana (00:00 hora espa?ola), de camino al primer vivac de este Dakar, celebraba el a?o nuevo y un cumplea?os entre videollamadas y mensajes. Tambi谷n, en todos los reencuentros que 365 d赤as despu谷s de la 迆ltima vez iban acompa?ados de abrazos y preguntas habituales. Y despu谷s de todo eso, como no pod赤a ser de otra manera, hab赤a que hacer peregrinaci車n hasta una escultura que hace de kil車metro cero para la carrera en los 迆ltimos a?os. La imagen del Dakar acompa?ada por todos los que hemos llegado hasta aqu赤 ya es un cl芍sico. Y aunque todo recordaba a las viejas costumbres, tambi谷n hubo que hacer frente a lo eventual.
El desierto nos dio la bienvenida con un recibimiento inesperado entre tanta normalidad. Una tormenta de arena lleg車 al vivac a media tarde para recordarnos d車nde estamos; y una vez m芍s, ese contratiempo dej車 claro que el Dakar no es f芍cil para nadie. En medio del desierto las gafas de esqu赤, bufandas y bragas se convirtieron en protagonistas. Un camino normalmente despejado parec赤a una escena con efectos especiales o una fiesta en la que se lanzaba humo del escenario, ante un p迆blico en horario de after acompa?ado por sus gafas de sol. Pero en realidad, era hora de cenar.