¡°Ten¨ªa una deuda con el Dakar¡±
Jos¨¦ Antonio Ponseti presenta en AS su libro ¡®Cuando ¨¦ramos pilotos¡¯, donde pone voz a historias ¡°que nunca antes se hab¨ªan contado¡± durante el periplo africano.

Nada m¨¢s terminar de hablar y recordar todo lo que vivi¨® el Dakar durante su paso por ?frica (entre 1979 y 2007), Jos¨¦ Antonio Ponseti (58 a?os, Barcelona) matizaba: ¡°No fue bonito mientras dur¨®, fue perfecto¡±. En su visita a AS, el periodista espa?ol presentaba su nuevo libro bautizado bajo el t¨ªtulo de ¡®Cuando ¨¦ramos pilotos¡¯ que se introduce en primera persona del plural, ya que el autor se ha sentido part¨ªcipe de todas las historias que cuenta esta obra. Pero sobre todo, porque entonces sus protagonistas fueron pilotos y aut¨¦nticos h¨¦roes sobre el desierto. Porque a pesar de que la carrera todav¨ªa se sigue batuizando como ¡®la m¨¢s dura el mundo¡¯, ese calificativo es la herencia de unas vivencias que se plasman en un libro donde se narra c¨®mo ¡°?frica era una historia y el Dakar, hoy en d¨ªa esto es otra historia diferente¡±.
¡°Despu¨¦s de escuchar todos los testimonios, te das cuenta de que para ellos (los pilotos) ir al Dakar era una prueba de vida¡±, remarcaba un Ponseti emocionado al revivir algunas de las historias que merec¨ªan ser contadas; pero que nunca antes se hab¨ªan sacado a la luz: ¡°Son cosas, que normalmente no se contaban en los peri¨®dicos y que no se contaban en el d¨ªa a d¨ªa¡±. Y aunque despu¨¦s de escuchar todo lo que ten¨ªan por contar sus protagonitas, el autor tuvo claro que hab¨ªa que destacar el m¨¦rito de aquellas haza?as, la idea de esta narraci¨®n lleg¨® por ¡°una deuda que ten¨ªa con el Dakar y con la gente del Dakar¡±. Se explica: ¡°No quer¨ªa hacer una historia de rallies, de carrera pura y dura; quer¨ªa contar historias. No hab¨ªa nada del Dakar y no entend¨ªa c¨®mo pod¨ªa ser que de los mejores a?os, los de ?frica, con toda la gente que iba y con lo que supon¨ªa el Dakar en ?frica, no hubiese nada. Entrevist¨¦ a tantos como pude y decid¨ª hacer solo una excepci¨®n, con un cap¨ªtulo de chicas y uno de periodistas. Me parec¨ªa que molaba ver historias tambi¨¦n desde otro punto de vista¡±.
En su obra Ponseti huye de todo aquello en lo que se ha convertido el Dakar: ¡°Ahora realmente es una carrera, ahora se corre y se participa. Pero se va a correr. Pero antes, no, antes te perd¨ªas, te encontraban en una aldea o te quedabas tirado ah¨ª en Guinea Ecuatorial. ?frica no era solo una carrera, era mucho m¨¢s, era una aventura. Hoy en d¨ªa realmente es una carrera pura y dura. Hoy se corre mucho, pero es impensable que te pase como en el 82 que se perdi¨® el hijo de Margaret Thatcher durante seis d¨ªas en el desierto. Lo estuvieron buscando y nadie se hab¨ªa dado cuenta que se hab¨ªa perdido¡±. Ni mejor ni peor, simplemente diferente a todas esas historias que sol¨ªan acabar con final feliz y que protagonizaron Jordi Arcarons, Salvador Servi¨¤, Nani Roma, Isidre Esteve, Marc Coma u otros tantos pilotos que compartieron protagonismo con el Lago Rosa; el otro gran atractivo de ese Dakar.
¡°Una prueba de vida¡±
Llegar hasta ¨¦l era como haber superado ¡°una prueba de vida¡±: ¡°Yo creo que el Dakar de entonces ten¨ªa un punto de superaci¨®n. Que no es salir a por la carrera y ganarla, eso ya es la leche. Ten¨ªa el punto de, ¡®t¨ªo, no puede ser que me gane el desierto¡±. Ese instinto de supervivencia dej¨® ¡°historias alucinantes¡± como la de un Isidre Esteve, que acab¨® una edici¨®n con una moto de f¨¢brica prestada por un participante japon¨¦s y pudo regresar a casa tras cuatro d¨ªas perdido en medio de la nada, ¡°con una fe excesiva en la historia que le hab¨ªan contado (para llevarle de vuelta a Barcelona)¡± y una camiseta y un pantal¨®n corto demasiado atrevido para el invierno europeo. Pero entonces era lo que hab¨ªa ya que como recordaba Carlos Sainz, autor del ep¨ªlogo, ¡°los a?os de ?frica eran completamente diferentes¡± a la realidad actual.
El legado de Rosa Romero, Laia Sanz y Cristina Guti¨¦rrez
A pesar de todas las penas que se viv¨ªan en el desierto, el atractivo de la carrera consigui¨® que el Dakar tambi¨¦n se convirtiera en ¡°una carrera de famoseo. No era un Dakar que solo iban pilotos profesionales o amateurs, sino que iban famosos, ?no? De pronto se apuntaba Carolina de M¨®naco con su marido o cantantes. De los nuestros fue Tricicle, Joan Gracia y Paco Mir¡±. Todos aspiraban a ser part¨ªcipes de una carrera entra?able sobre la que, despu¨¦s de recopilar historias, Ponseti fue consciente de la realidad: ¡°Me di cuenta que si el Dakar era una burrada, siendo chica era el no va m¨¢s¡±. Y de esa realidad naci¨® la excepci¨®n de la que dispone cada regla. Ese pensamiento tambi¨¦n hizo protagonistas de esta historia a Rosa Romero, Laia Sanz y Cristina Guti¨¦rrez. De las tres, ¨²nicamente la primera de ellas descubri¨® la carrera en ?frica, pero para el autor los logros de estas tres referentes, junto a los de Martine de Cortanze, ¡°eclipsan absolutamente todo lo dem¨¢s¡±.
En el caso de la francesa, esta convenci¨® a Honda para llevar su tercera moto y acab¨®. Pero la realidad, es que ¡°en el primer Dakar de Martine los t¨ªos hac¨ªan apuestas a que no llegaba. De hecho, Martine iba por el buen camino, ve¨ªa a hombres en direcci¨®n contraria a los que les indicaba y no la cre¨ªa nadie. Era el machismo en su m¨¢xima expresi¨®n. ¡®Pero t¨² qu¨¦ sabr¨¢s¡¯, ¡®?qu¨¦ est¨¢s diciendo?¡¯.... Era todo de locos, de hecho a la mayor¨ªa les daban motos chungas¡±. En el caso de las espa?olas, ¡°Rosa fue la pionera, pero tambi¨¦n ten¨ªa una situaci¨®n muy especial. Nani (Roma, su marido) le dice ¡®yo solo te pido que no vayas sola, porque yo estoy compitiendo, llego al vivac y t¨² no apareces, y me cago¡¯, entonces hacen ese pacto. Es m¨¢s, la primera vez Rosa tiene que abandonar, no porque ella no pueda seguir, que pod¨ªa, sino porque se hace da?o su compa?era de aventura y se tiene que ir a casa. Ah¨ª te das cuenta de lo que han pasado todas. Pero luego han aparecido dos bestias pardas como son Laia y ¡®Cris¡±.
La novena posici¨®n absoluta de Laia en 2015 sigue diendo el mejor resultado femenino de la historia en la categor¨ªa de motos, mientras que Cristina pas¨® a la historia hace tan solo un a?o como la primera espa?ola en ganar el Dakar (se impuso en la categor¨ªa de Challenger), antes de dar el salto a la categor¨ªa reina como piloto oficial de Dacia. ¡°Por todos esos m¨¦ritos ten¨ªan que estar en este libro, a pesar de que Laia solo haya estado de turismo en el Dakar de ?frica y ¡®Cris¡¯ no lo haya vivido. Pero lo que ellas han conseguido es la herencia de toas estas mujeres que han abierto camino¡±. Un camino ¡°muy diferente al de ahora¡±, pero en el que afortunadamente siguen quedando las historias.
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