Quien madruga se va de excursi車n
Como en los viejos tiempos, recordando la 谷poca escolar, hab赤a que madrugar para ir de excursi車n. En esta ocasi車n el viaje no se hac赤a en autob迆s; sino en un Ranger adaptado con asientos y barras de competici車n para dar realismo al lugar en el nos encontramos. Y tampoco vino toda la clase. Solo los m芍s madrugadores rompieron con la rutina de un campamento envuelto de nuevo por la tierra y una sensaci車n extra?a, propia del 迆ltimo d赤a en una cuenta atr芍s que dar芍 por iniciado este Dakar. Pero antes de ver a los protagonistas definitivamente en acci車n, estos, tuvieron que terminar de afinar las m芍quinas en un &shakedown* del que disfrutamos in situ.
Los m芍s madrugadores, como Ford o Dacia, ya cumplieron con los deberes durante el primer d赤a del a?o. Pero muchos otros todav赤a ten赤an trabajo por hacer, como apreciamos sobre el terreno en primera l赤nea de una pista marcada por las roderas y frecuentada por los camellos. Entre una pasada y otra, tambi谷n hubo tiempo de coronar una monta?a. Desde arriba todo se ve赤a mejor, pero tambi谷n parec赤a menos divertido. Y tras una experiencia que resulta imposible repetirla cuando la carrera ya est芍 en marcha (por las exigencias de publicaci車n), volvimos a la realidad: los paseos, encuentros, canutazos y las horas en la sala de prensa esperando a que empiece el Dakar. Y tambi谷n, a que se acabe la tormenta. Estos d赤as han sido lo m芍s parecido a un &tierra, tr芍game*.