Loeb se lleva una alegr¨ªa y Sainz acaba tercero
El franc¨¦s consigue por fin la victoria tras un comienzo accidentado. Le siguieron Peterhansel y el madrile?o, que recupera 16 segundos con Al Attiyah.
Loeb ya no podr¨¢ decir eso de que pasan los d¨ªas, y todos se parecen entre ellos. Porque la cuarta jornada del Dakar no tuvo nada que ver para ¨¦l en comparaci¨®n a c¨®mo arranc¨® la carrera. Despu¨¦s de un sinf¨ªn de problemas mec¨¢nicos que le hundieron en la general, tocaba llevarse una alegr¨ªa que ha llegado a modo de victoria tras un pulso estrecho con Peterhansel. Los dos franceses se pusieron entre las cuerdas desde el comienzo, pero el de BRX pis¨® a fondo el acelerador a dos puntos de control final, mejorando lo suficiente (por tan solo 13 segundos) el recorrido de su compatriota pese a marchar sin direcci¨®n asistida.
Fue un toma y daca constante, que Sainz secund¨® con la tercera plaza (a 1:50 del triunfo) en el primer d¨ªa de una nueva carrera que comienza a partir de ahora para ¨¦l. Se acab¨®, al menos de momento, ser m¨ªnimamente conservador para evitar da?os. La media hora que tiene frente a Al Attiyah necesita de mucha superioridad para acabar anul¨¢ndola y a la l¨ªnea de Loeb (que cede una hora m¨¢s que Carlos con respecto al l¨ªder a pesar de su victoria), mientras haya esperanzas saldr¨¢n a darlo todo. Eso significa que pueden haber contratiempos, de hecho el Audi del espa?ol tambi¨¦n los ha tenido durante esta jornada con otro nuevo pinchazo antes del primer punto de control, pero finalmente volvi¨® a salvar el d¨ªa gracias a 16 segundos a su favor frente al Toyota, que ahora pueden parecer indiferentes pero, dentro de 11 d¨ªas, pueden resultar determinantes. As¨ª funcionan las carreras.
No se puede decir que Carlos fuese el hombre m¨¢s feliz de la jornada pese a haber finalizado por delante de Nasser, pues Loeb adem¨¢s de celebrar el triunfo tambi¨¦n disfruta de un chute de confianza. Pero el madrile?o s¨ª que sigue teniendo las mismas opciones de llevarse un Touareg para el que tendr¨¢ que recuperar 32:55 minutos si quiere mantenerse con vida en la pelea. Y no cabe duda de que es as¨ª. El rival m¨¢s grande de Sainz ahora mismo es un crono que deja al Audi de Peterhansel como tercero de la general, a 18 minutos del vigente campe¨®n. Sin hacer ruido y con m¨¢s problemas aparentes de los que realmente ha sufrido, el franc¨¦s sigue siendo un claro aspirante al triunfo de una categor¨ªa que rebaj¨® el nivel de sobresaltos.
Fue la jornada m¨¢s fr¨ªa del rally hasta el momento, pero tambi¨¦n en la que m¨¢s afinaron los pilotos para llegar hasta la meta, pese a encontrarse una pista bacheada. Hubo quien tuvo que volver antes de tiempo como fue el caso de Terranova. Durante la tercera etapa el argentino absorbi¨® un fuerte impacto a consecuencia de un salto que en el momento no fue doloroso, de hecho finaliz¨® tercero, hasta que comenz¨® a manifestarse en la ma?ana de hoy. Recorri¨® apenas 20 kil¨®metros de la especial y decidi¨® regresar al campamento por ¡°un gran dolor¡± que le imped¨ªa pilotar y que pone punto y final a una participaci¨®n, donde siguen siendo los de siempre quienes se reparten todo el protagonismo.
Puede ser a modo de alegr¨ªa o una frustraci¨®n que todav¨ªa no conoce Al Attiyah. El qatar¨ª sigue sorteando la mala suerte que visita de vez en cuando a los pilotos en el Dakar y aunque no est¨¢ siendo su edici¨®n m¨¢s abrumadora (incluso han llegado a fallar en la navegaci¨®n), su actuaci¨®n es lo suficientemente inteligente como para volver a ganar. Tiene margen pero poca superioridad, al menos a simple vista, aunque ese detalle tampoco influye demasiado teniendo en cuenta la clasificaci¨®n general. Nasser no necesita grandes exhibiciones o ataques feroces porque la pelota est¨¢ en el tejado de unos rivales, que de momento no le hacen sentir inc¨®modo. Cada uno va a la suya para cuando llegue la hora de la verdad, las diferencias sean tan decisivas como lo son los kil¨®metros en estos momentos para Laia Sanz. La espa?ola se ha repuesto de una segunda especial dolorosa con un top-20 que roz¨® Checa (22?), a bordo del otro prototipo de Astara.