¡°Hace muchos a?os aprend¨ª que no somos dioses¡±

Hace tan solo un a?o que el Dakar se ceb¨® con Albert Llovera, pero el paso del tiempo trae al andorrano de vuelta al desierto con Ford Trucks. De ¡°un proyecto muy embrionario¡±, como reconoce el piloto a AS, que lleg¨® al rally m¨¢s duro del mundo gracias al trabajo de Fesh Fesh durante ¡±cuatro o cinco meses (el proceso habitual se estima en un a?o) en los que dejaron un cami¨®n terminado¡±, a una pretemporada completamente diferente ¡°con un trabajo bestial, 3 o 4 d¨ªas de test en Marruecos¡± y tambi¨¦n la participaci¨®n en la carrera africana. Simplemente (por si fuera poco) ha habido similitudes en la lucha interna de los despachos para conseguir los patrocinios, pero en cuanto a lo que realmente importante en una carrera, se han cumplido los deberes de cara a una edici¨®n que deben ¡°acabar como sea¡±.

Llovera regresa con Ford y por supuesto con su sobrina Margot y Marc Torres, con la intenci¨®n de olvidar su abandono en la etapa 1 por una rotura ¡°donde nada tuvo que ver que el proyecto fuese embrionario¡±: ¡°Se col¨® una piedra por un sitio hiper extra?o y bueno nos toc¨® y era lo que hab¨ªa. Pero se lo he dicho a un compa?ero, a lo mejor nos ten¨ªa que pasar eso para que no pasara algo¡±.

Doli¨® el desenlace, pero para el andorrano fue mucho menos insoportable que un fallo propio por haber desobedecido las ¨®rdenes de quienes le acompa?an: ¡°Valoro mucho qui¨¦n est¨¢ a mi lado, los mec¨¢nicos, los copilotos que llevo dentro, tanto Margot como Marc, porque todos aportan lo suyo. Debo escuchar, porque yo no s¨¦ m¨¢s que nadie y tenemos que ser responsables porque somos unos elegidos. No somos dioses, para nada. Eso es lo que yo aprend¨ª hace ya muchos a?os cuando me pensaba que iba a vivir de mis piernas y mis piernas dejaron de funcionar... No hay nadie que sea m¨¢s que nadie, ni que sea eterno¡±.

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¡°De momento estoy orgulloso de lo que hago¡±

Ni siquiera lo ser¨¢ su aventura en un Dakar donde sale a por su octava participaci¨®n sin tener claro ¡°qui¨¦n tiene m¨¢s ganas de que dure la cosa, si ellos o yo¡±. Lo ¨²nico que le importa a Llovera a estas alturas es ¡°hacer kil¨®metros¡± a nivel personal despu¨¦s de ¡°dos a?os con muy pocos kil¨®metros en el Dakar, para volver a coger el ritmo de carrera¡±. Y lo dem¨¢s, se ir¨¢ viendo sobre la marcha: ¡°La ¨²nica manera de parar ser¨¢ por el f¨ªsico, porque hago 100.000 kil¨®metros al a?o y no puedo pedir mucho. Pero de momento estoy orgulloso de lo que hago, estoy muy contento y voy a continuar haci¨¦ndolo. Pero tampoco no es el fin del mundo, si me ocurre el tener que parar¡±.

De momento Llovera seguir¨¢ compitiendo en una 46? edici¨®n del Dakar en la que habr¨¢ ¡°que vigilar mucho las tres primeras etapas¡±. Aunque sabe que hablando de esta carrera, siempre habr¨¢ que tener en cuenta ¡°desde el kil¨®metro 1 hasta el ¨²ltimo, tanto si es enlace como si es carrera¡±. De inicio no saldr¨¢ en busca de un resultado porque sin los Kamaz en carrera (contin¨²an fuera de juego por el c¨®digo ¨¦tico de la FIA que les obliga a condenar la invasi¨®n a Ucrania) tiene claro que ¡°saldr¨¢n todos como locos¡±. Sin embargo, sabe de sobra que ¨¦l no es una excepci¨®n en ese adjetivo y cuando est¨¦ en la l¨ªnea de meta, todo puede pasar. Porque, aunque reconoce que obedece ¡°bastante¡± las ¨®rdenes que recibe a bordo, ¡°la ¨²ltima palabra la tiene uno¡±. Y el volante, tambi¨¦n.

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