El Dakar comienza en Google
David Castera, director de la carrera, explica en AS c¨®mo se elabora un roadbook en el que traba-jan para tenerlo ¡°al mejor nivel posible¡±: ¡°Si hay un error, lo pagas caro¡±.


Desde el momento en el que el Dakar aterriz¨® en Arabia Saud¨ª, una de las partes que m¨¢s importancia tom¨® fue el roadbook. Para David Castera, director de la carrera, era fundamental recuperar la navegaci¨®n que se perdi¨® en las ediciones anteriores y al mismo tiempo que se descubr¨ªa un nuevo pa¨ªs, tambi¨¦n era el momento de volver a dar protagonismo al libro de ruta. La herramienta m¨¢s decisiva durante las etapas, pues detalla el recorrido y el rumbo a seguir a lo largo de la ruta, gan¨® todav¨ªa m¨¢s protagonismo en el pa¨ªs ar¨¢bico, ya que vino acompa?ada de novedades y cr¨ªticas casi por partes iguales, que la pusieron en el centro de todas las miradas.
Mucha culpa tuvo de ello la digitalizaci¨®n del roadbook en 2021, pues hasta ese momento hab¨ªa margen para solucionar los errores m¨¢s evidentes. Los pilotos recib¨ªan el recorrido de cada etapa la jornada anterior y eso hac¨ªa posible que pudiesen decir ¡°aqu¨ª hay un error David (Castera)¡±, cuenta el director de la carrera a AS. ¡°Ahora que va por tablet, nadie puede prepararlo el d¨ªa antes y no hay manera de corregirlo porque se entrega en la salida de la especial¡±, contin¨²a narrando el franc¨¦s, sobre los detalles de un libro de ruta que acumula meses de trabajo previo a su entrega. La complejidad de definir todo el recorrido de una prueba en territorios completamente desconocidos parece casi imposible, pero el t¨®pico que asegura que Google tiene soluciones para todo, toma aqu¨ª m¨¢s credibilidad que nunca.
¡°El recorrido comienzo a prepararlo en febrero o marzo en Google¡±, desvela Castera, sobre los primeros pasos de una herramienta que tarda en afinarse casi un a?o completo. Apenas hay des-canso entre un Dakar y otro para una organizaci¨®n que comienza a viajar temprano ¡°para verificar lo que se ha hecho¡±. Una vez marcados en el mapa los puntos estrat¨¦gicos, ¡°van al terreno y me dicen: ¡°David, por aqu¨ª s¨ª y por aqu¨ª no. Esta zona es demasiado r¨¢pida, esta otra es muy mala¡¡±. A la primera verificaci¨®n le sigue la creaci¨®n ¡°de una segunda ruta que van a ver de nuevo¡± y es a finales de julio, cuando se define provisionalmente el recorrido con el que sorpren-den cada ma?ana a los pilotos en una tablet que mantiene la versi¨®n anterior con la que conviv¨ªan junto al papel.
Son 15 minutos los que tienen para comenzar a entender qu¨¦ les espera en cada jornada y apenas hay margen para detectar errores. Por eso ¡°cuando te equivocas, se nota en la lecci¨®n del roadbook¡± a pesar de que han ¡°trabajado mucho para tener el roadbook al mejor nivel posible¡±. Para terminar de perfeccionar las anotaciones ¡°un equipo a principios de septiembre hace las seis primeras etapas y en octubre, las ocho que quedan. El roadbook queda armado en noviembre, se digitaliza y regresa un equipo a mitad de diciembre para hacer las seis primeras etapas de verificaci¨®n¡±, relata Castera. Parece improbable que entre tanta comprobaci¨®n haya margen para el error, pero nada es imposible y ¡°si hay un error, lo pagas caro¡±. ?Cu¨¢nto? En el mejor de los casos, en t¨¦rminos de tiempo.
La exigencia es desmedida por acertar en todos los detalles de un recorrido donde ¡°no podemos cometer errores¡±. Pero los fallos son una parte arraigada de la historia que, afortunadamente, se pueden esquivar con un poco de suerte. Y con ella juega todos los a?os un David Castera consciente de que si falla ¡°en una nota, es fatal¡±. Ya lo comprob¨® en la pasada edici¨®n, nada m¨¢s comenzar en rally, en una primera etapa conflictiva que marc¨® el resto de la carrera. Y de ah¨ª aument¨® una exigencia que deja un lema claro en todo este proceso: ¡°No podemos cometer errores¡±.