El camino de Molina a la cima de Le Mans
El catal¨¢n consigue la victoria m¨¢s importante de su carrera a los 35 a?os y es el tercer espa?ol en ganar las 24 Horas tras Gen¨¦ y Alonso.
Fue una de las ediciones m¨¢s intensas de los ¨²ltimos a?os y al mismo tiempo, la mejor manera de llegar a la cima de Le Mans para Miguel Molina. Aunque por el camino, el espa?ol, de 35 a?os, tuvo que renunciar a otros sue?os. Como esa F¨®rmula 1 que era un deseo, mientras que el DTM y alguna que otra vez los GT, se convert¨ªan en realidad. Hace catorce a?os que el piloto de Ferrari acept¨®, entonces, la oferta de Audi para el DTM (2010). La lucha constante por intentar ascender hasta la cumbre del Gran Circo ces¨® en ese mismo momento, pero un simple cambio en su carrera deportiva sirvi¨® para encumbrarle en el automovilismo. Porque ganar en Le Mans, es entrar en la historia para siempre.
Las 24 Horas pueden ser una carrera m¨¢s, pero no otra cualquiera. Y aunque Le Mans le deb¨ªa una a Molina y ese Ferrari #50, hubiese resultado err¨®neo pensar que el trazado franc¨¦s les iba a recompensar por esa piedra clavada en el radiador de su unidad; y una espina clavada en su trayectoria. Entonces era el mejor coche de la edici¨®n y en este caso, hasta cuatro marcas llegaron con vida a la ¨²ltima vuelta. Pero el destino, siempre caprichoso, s¨ª hab¨ªa reservado el premio del que les priv¨® tan solo un a?o antes. Los ¨²ltimos 13,626 kil¨®metros fueron peor que 24 horas. Entre los nervios y la emoci¨®n lleg¨® un d¨ªa que el espa?ol nunca crey¨® que llegar¨ªa. Sobre todo, porque ganar en GT pod¨ªa ser un objetivo realista. Pero hacerlo en la categor¨ªa reina, uno de esos sue?os que ten¨ªa aquel ni?o que comenz¨® su camino hacia la gloria renunciando a ellos.
R¨¢pido y con pocos errores, adem¨¢s de un piloto con gran ritmo. Eso ayud¨® a Molina a coronar al Ferrari #50 hasta lo m¨¢s alto de Le Mans, al mismo tiempo que le abri¨® las puertas del equipo de Hypercar en Maranello. De esa manera se gan¨® el espa?ol su puesto en el equipo, donde desde hace ocho a?os, siempre con AF Corse, empez¨® a demostrar su val¨ªa. Y logr¨® ese lugar al que aspiraban todos los pilotos GT en n¨®mina de la Scuderia. Pero sobre todo, lo que unos pocos privilegiados pueden conseguir: la victoria en Le Mans. El nombre de Miguel Molina ya es eterno y con el paso del tiempo, se dar¨¢ cuenta de que ahora come en la misma mesa que Marc Gen¨¦ y Fernando Alonso.
Ambos fueron los dos ¨²nicos espa?oles que anteriormente lograron hacer historia despu¨¦s de 24 horas (el asturiano por partida doble). Pero de nuevo se cumpli¨® el refr¨¢n; no hay dos sin tres. Y ese tercer nombre, el de Molina, quedar¨¢ grabado de una forma especial. Sobre esa retina que se desahog¨® entre l¨¢grimas sobre La Sarthe, y sobre las p¨¢ginas de historia de Ferrari. La escuder¨ªa que antes de ganar Mundiales de F1 ya presum¨ªa de varios t¨ªtulos de resistencia, ahora tiene un poco m¨¢s de acento espa?ol.