Verstappen se lleva una colleja y responde con un ob¨²s
Discusi¨®n entre el ingeniero de pista y Max antes de que el neerland¨¦s volase en la Q3: ocho d¨¦cimas de ventaja. Su sanci¨®n le da la pole a Leclerc. Sainz sale 4? y Alonso, 9?.
No es una pole de Verstappen porque tiene cinco puestos de sanci¨®n al cambiar la caja de cambios (estaba previsto desde hace semanas) y saldr¨¢ sexto. De hecho, la pole es de Leclerc; acompa?ado en la primera fila por P¨¦rez y secundado detr¨¢s por Hamilton y Sainz. Pero la vuelta final del neerland¨¦s fue simplemente bestial sobre un asfalto complejo, que se secaba a cada minuto, y le meti¨® ocho d¨¦cimas al segundo en el momento decisivo. Adem¨¢s la carrera es el domingo, as¨ª que no parece que el viernes de Spa-Francorchamps merezca otro protagonista. Mad Max record¨® por todas las v¨ªas, en el asfalto, en la radio y donde sea, que lidera, domina y arrasa por m¨¦ritos propios. El Red Bull es un cohete, pero el piloto es incuestionable. Bueno, para todos menos para su propio ingeniero de pista.
Y es que el neerland¨¦s se llev¨® un curioso rej¨®n. Ahora que todas las cosas le salen bien todos los d¨ªas, tiene cierta gracia que el campe¨®n de los r¨¦cords se lleve un corte de su ingeniero de pista a trav¨¦s de la radio. Fue al final de la Q2 que Verstappen super¨® por escaso margen desde la d¨¦cima posici¨®n. El neerland¨¦s protest¨® la planificaci¨®n de los ¨²ltimos minutos, ¨¦l ped¨ªa dos vueltas r¨¢pidas consecutivas y aparentemente el muro le prepar¨® solo una, pero para gastar las bater¨ªas al completo. A Max no le gust¨® el plan y Giampiero Lambiase, su ingeniero y el jefe de operaciones en pista de Red Bull, le afe¨® el comentario.
¡°Deb¨ªamos haber empujado dos vueltas seguidas, como dije¡±, empez¨® el piloto. Respondi¨® el italiano: ¡°Pero has pasado, Max¡±. Y lleg¨® la queja de Verstappen: ¡°Ya pero me importa una mierda pasar si soy d¨¦cimo, es una ejecuci¨®n de mierda¡±. Sin perder los nervios, Lambiase cerr¨® el di¨¢logo: ¡°Vale, entonces cuando la pista mejora dos segundos para tu vuelta final y no te queda energ¨ªa, ?qu¨¦ habr¨ªa pasado? ?Me dices ahora qu¨¦ quieres hacer en Q3? Sets (de neum¨¢ticos), gasolina, vuelta de preparaci¨®n¡¡±. No hubo respuesta entonces, o al menos no se emiti¨®. Lleg¨® al finalizar la Q3 con esa vuelta estratosf¨¦rica sobre un asfalto que mejoraba y mejoraba: ¡°Perd¨®n GP (as¨ª le llaman) por hablar mal¡±. ¡°Me voy acostumbrando, Max¡±, brome¨® GP. Saldr¨¢ sexto, pero aspira ¡°a ganar la carrera¡±. ¡°El a?o pasado empec¨¦ 14? y gan¨¦, as¨ª que...¡±, recuerda.
Segunda fila para Sainz, quinto coche de Alonso
Detr¨¢s, en esa otra liga que Toto Wolff denomina F¨®rmula 2, Leclerc vol¨® a ocho d¨¦cimas del Red Bull y partir¨¢ desde la primera posici¨®n el domingo. Este s¨¢bado hay esprint, pero esa parrilla se configurar¨¢ por la ma?ana. Le acompa?ar¨¢n Checo y Sir Lewis en el top-3 virtual, sin el primero real. Sainz saldr¨¢ cuarto, luch¨® tambi¨¦n por esa pole y termin¨® a d¨¦cima y media de su compa?ero de equipo despu¨¦s de estar toda la tarde a la altura. El problema es que se hayan colado dos coches entre ambos.
Alonso hizo lo que pudo con el quinto coche y saldr¨¢ noveno por detr¨¢s de los Red Bull, Ferrari, Mercedes y McLaren. La aritm¨¦tica es sencilla. Fue un coche de podios, pero ahora hay demasiados rivales, aunque la ambici¨®n del equipo es recuperar el paso y volver a acercarse al top-5 en lo que resta de temporada, que es pr¨¢cticamente la mitad. Al inicio de la Q1, con el asfalto encharcado, Fernando y Carlos estuvieron delante con Max. Pero conforme se sec¨® la pista, el Aston Martin fue perdiendo fuelle y regresando a su posici¨®n real a estas alturas del a?o. Le queda el s¨¢bado para desquitarse si la lluvia le acerca al top-5. Porque en condiciones normales, esto, del 1? al 10? es m¨¢s bien lo que hay. Ya sea viernes, s¨¢bado o domingo.