Jos Verstappen pide la cabeza del jefe de Red Bull
El padre de Max va contra Horner tras la desestimaci¨®n de la denuncia: ¡°Va de v¨ªctima y es el culpable, hay tensi¨®n mientras siga en el puesto¡±.


Al menos van desapareciendo las caretas. Jos Verstappen, padre del tricampe¨®n del mundo, pide la cabeza de Christian Horner. El jefe de la escuder¨ªa fue investigado por Red Bull por supuesto ¡°comportamiento coercitivo¡± sobre una trabajadora, pero un panel independiente desestim¨® la denuncia y el dirigente brit¨¢nico salv¨® el puesto. Ahora es el padre de Max quien presiona contra Horner en declaraciones al ¡®Daily Mail¡¯ y ¡®De Telegraaf¡¯. Revelando, en parte, desde d¨®nde pueden venir las filtraciones que intentan menoscabar la figura de Horner en el paddock. ¡°El equipo est¨¢ en peligro de partirse, no se puede seguir as¨ª. Va a explotar. Va de v¨ªctima cuando ¨¦l es quien est¨¢ causando los problemas. Hay tensi¨®n mientras ¨¦l siga en el puesto¡±, dice Jos Verstappen, expiloto de F1.
Entre las figuras m¨¢s importantes de Red Bull Racing se destacan tres polos de poder. Primero Horner, ¡®team principal¡¯ desde su fundaci¨®n en 2005 y con gran ascendencia sobre la gente de la f¨¢brica y el equipo de pista, entre ellos genios como Adrian Newey. Despu¨¦s Helmut Marko, hombre fuerte de Red Bull que se mantiene al frente tras el fallecimiento de Mateschitz y el cambio de manos en la compa?¨ªa matriz. Y tambi¨¦n el clan Verstappen, integrado por el piloto, su padre y su m¨¢nager, Raymond Vermeulen.
El RB20 es dominante, pero en el garaje la tensi¨®n es palpable desde los test, aunque Horner y Jos Verstappen se hayan sentado en la misma mesa de cara al p¨²blico. La duda es saber cu¨¢l es la postura de Max en todo esto, teniendo en cuenta que hay rencillas o rivalidades internas claras entre Horner y Jos que no tienen por qu¨¦ salpicar al campe¨®n. ?Y a qui¨¦n beneficia todo esto? Cuentan que Toto Wolff comparti¨® mesa y mantel recientemente con Jos, quiz¨¢s porque quiere pescar en r¨ªo revuelto al mejor piloto de la parrilla, ahora que Mercedes tiene una vacante que llenar. Aunque contractualmente sea casi imposible, la guerra de presiones internas no hay hecho m¨¢s que empezar.
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