Entre los campeonatos de Ari Vatanen y la moneda de Todt

Es una estad¨ªstica envidiable, busquen si quieren en la NBA que no la van a encontrar: 4 de 4. Ese es el balance que Peugeot lleva en el Dakar, donde triunf¨® en los a?os 80 y donde ahora quiere volver a hacerlo. De 1987 a 1990 no hubo otro coche aparcado en el podio final del raid. El le¨®n fue el rey de ?frica, lo hizo sin melena y con el chasis del 205 T16 Grand Raid y el 405 T16 Grand Raid. Fueron coches de ¨¦xito y, obviamente, con un alma y unas manos m¨¢gicas en su interior. Destaca sobremanera Ari Vatanen, campe¨®n en 1987, 1989 y 1990. El finland¨¦s volver¨ªa a llevarse el trofeo del tuareg en 1991, aunque entonces con los chevrones de Citro?n en el cap¨®.

El Dakar fue el escenario elegido por Peugeot para que su 205 T16 siguiera dando que hablar despu¨¦s de que la FIA cerrara las puertas del Grupo B en el Mundial de rallys. Fue llegar al Dakar y esbozar una sonrisa may¨²scula. El ejercicio de reinventar un nuevo 205 T16, alcanzar otras dimensiones con la arena y el terreno dakariano como raz¨®n de ser, dio sus frutos. Detr¨¢s de aquel experimento estuvo Jean Todt, a?os despu¨¦s cabeza visible de los ¨¦xitos de Michael Schumacher en Ferrari, actualmente en lo alto de la FIA, ma?ana... ?Qui¨¦n sabe ma?ana d¨®nde estar¨¢ el peque?o gran estratega del motor?

Lo cierto es que aquella apuesta no pudo resultar m¨¢s acertada. En 1987, con Vatanen como vencedor por delante de Zaniroli y Shinozuka. Tambi¨¦n lideraba en 1988, pero le robaron el 405 T16 en Bamako y fue descalificado, con el t¨ªtulo a la postre para su compatriota Juha Kankkunen. As¨ª se lleg¨® a 1989, el del famoso cara o cruz de Todt: fue una moneda la que decidi¨® que Vatanen ganara y Jacky Ickx perdiera. Y 1990 regalar¨ªa a Peugeot el triplete con Vatanen, Waldegard y Ambrosino. Cuatro de cuatro. Ni Michael Jordan. Ahora Peugeot quiere m¨¢s.