The Rogue Prince of Persia, impresiones del primer roguelite 2D de la saga. Una sorpresa inesperada

Qui¨¦n lo iba a decir. Hace no tanto tiempo, los jugadores ped¨ªan a gritos el regreso de una de las sagas cl¨¢sicas m¨¢s m¨ªticas de los videojuego y ahora ha vuelto por partida triple: adem¨¢s de Prince of Persia: The Last Crown y del futuro Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo Remake ¡ªcuyo desarrollo ha sufrido alg¨²n que otro contratiempo¡ª, Ubisoft ha sorprendido con el anuncio de The Rogue Prince of Persia, un roguelite en dos dimensiones desarrollado por Evil Empire, estudio que ha trabajado en la saga Dead Cells, aunque no han sido los responsables principales del laureado t¨ªtulo. MeriStation ha tenido la oportunidad de probar el nuevo juego durante 30 minutos, que han servido para hacerse una idea de lo que est¨¢ por llegar.

Durante el evento de presentaci¨®n, el estudio ha revelado que The Rogue Prince of Persia saldr¨¢ el 14 de mayo en Steam (PC) bajo el modelo de acceso anticipado. M¨¢s adelante, tambi¨¦n ver¨¢ la luz en otras plataformas. No habr¨¢ cambios sustanciales en lo que se refiere al n¨²cleo jugable, pero esta estructura servir¨¢ para mejorar y ampliar el t¨ªtulo con m¨¢s contenido (niveles, armas, enemigos, etc.).

Al igual que otros roguelites, la trama es m¨¢s bien testimonial y se desarrolla a trav¨¦s de di¨¢logos de texto. El pr¨ªncipe, hijo del rey Peroz, comete un error y se produce una situaci¨®n nefasta para el reino: los hunos, que en la historia del juego poseen el poder de la magia cham¨¢nica, se las han ingeniado para invadir Ctesiphon, la capital del reino. Para sorpresa de nadie y por mucha sangre azul de la que haga gala, el pr¨ªncipe tendr¨¢ que ponerse el mono de trabajo y salvar al pueblo de la destrucci¨®n. Quiz¨¢, despu¨¦s de todo, se convierta en el h¨¦roe de los ciudadanos.

Un roguelite puro y duro

Algunos pueden confundirlo con un DLC de The Lost Crown, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Se trata de un t¨ªtulo in¨¦dito a pesar de que comparta un estilo jugable bidimensional. La primera diferencia radica en la est¨¦tica, ya que explora un tipo de arte m¨¢s de dibujo animado y acorde con el g¨¦nero roguelite. Su combate es m¨¢s directo y no tan profundo, mientras que la estructura de su jugabilidad difiere en el sentido de que sigue las reglas de este g¨¦nero: niveles dise?ados de manera procedural, un hub entre partidas y la necesidad de repetir las fases cada vez que el pr¨ªncipe cae en la batalla. Es un juego de runs y m¨¢s runs, de vivir y de morir, de jugar y repetir.

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The Rogue Prince of Persia nos ha parecido un t¨ªtulo bastante vertiginoso, que sin mec¨¢nicas excesivamente intrincadas consigue definir un producto solvente en su conjunto. Los niveles dibujan trazados lo suficientemente amplios como para que sea necesario consultar el mapa. En ese punto, se vislumbra cierto aire de metroidvania, porque se da un backtracking que invita a explorar cada resquicio de los escenarios, pero dado que los escenarios son generados de manera aleatoria el enfoque es mucho m¨¢s roguelite.

El combate se basa en un ataque con arma a corta distancia, otro a larga de distancia y una patada, que nos brinda la oportunidad de dar una puntapi¨¦ al enemigo y mandarlo directo a los pinchos. Tambi¨¦n encontramos el t¨ªpico golpe cargado y el dash, que permite esquivar los envites enemigos. Como buen roguelite, hallamos distintas armas por los escenarios, elegimos unas y descartamos otras. Tambi¨¦n hay talismanes equipables que proporcionan diversas ventajas. Por otro lado, en ciertos puntos descubrimos asimismo objetos que dan pero que quitan (por ejemplo, mejorar un aspecto sacrificando 200 puntos de vida). Como cabr¨ªa esperar, morir supone perder el equipamiento.

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Caminar por las paredes, sello Prince of Persia

Una de las se?as de identidad de Prince of Persia es correr por las paredes. Esta mec¨¢nica se ha implementado en el juego y se combina con las habilidades de salto para que el pr¨ªncipe pueda alcanzar superficies m¨¢s altas o lejanas. Podemos engancharnos a superficies, rebotar en las paredes, deslizarnos por pendientes y reaccionar en el momento preciso, disfrutar de una combinaci¨®n de combates y plataformas bastante satisfactorias, de distintos tipos de enemigos, y por supuesto, de jefes finales. Logramos llegar hasta el boss, pero hemos de reconocer que no duramos demasiado y mordimos el polvo poco despu¨¦s de entablar el combate.

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Est¨¢ por ver si The Rogue Prince of Persia sostiene su propuesta en el tiempo, pero estos primeros 30 minutos han resultado convincentes y nos animan a descubrir todo lo que tiene que ofrecer. A partir del 14 de mayo, toca volver a ser el pr¨ªncipe.