C¨®mic
¡®Rorschach¡¯. Un thriller pol¨ªtico en el universo ¡®Watchmen¡¯
Tom King y Jorge Forn¨¦s crean un excelente c¨®mic que encaja a la perfecci¨®n con la ic¨®nica obra de Alan Moore.
Afirmar que ¡®Watchmen¡¯ es el mejor c¨®mic de la historia puede dar lugar a un extenso debate, aunque no deber¨ªa; lo que es poco discutible es que fue la obra que cambi¨® la forma de entender la industria. Hay un antes y un despu¨¦s de que Alan Moore y Dave Gibbons lo publicaran en 1986, el c¨®mic elev¨® su estatus cultural pasando de ser un producto para ni?os y adolescentes a un p¨²blico adulto, el estilo narrativo se volvi¨® mucho m¨¢s complejo y en las tramas desapareci¨® el simplismo. A partir de este punto de no retorno los superh¨¦roes perdieron su magia y se convirtieron en tipos extra?os, con problemas, megal¨®manos y criminales.
Alan Moore, que es una de las personalidades m¨¢s fuertes, influyentes y exc¨¦ntricas del mundo del c¨®mic, se neg¨® a dar continuidad a un universo en el que ya se hab¨ªa contado todo lo necesario. En su momento el escritor ingl¨¦s insinu¨® una precuela con los Minutemen que nunca se har¨ªa realidad por razones que ¨¦l solo conoce y DC guard¨® bajo siete llaves una franquicia que era el nuevo Santo Grial, para no despertar las iras de su guionista estrella. Pero en 2009 y con la relaci¨®n ya rota, se profanaba el escondite secreto: Zack Snyder convert¨ªa el c¨®mic en pel¨ªcula con una adaptaci¨®n bastante fiel al original; m¨¢s tarde, en 2012 DC abr¨ªa de nuevo la puerta a historias relacionadas con ese universo y en 2019 HBO lanzaba una serie que tuvo gran ¨¦xito. Ninguno de esos trabajos cont¨® con el benepl¨¢cito de Moore que sent¨ªa traicionado el esp¨ªritu de la obra en aras de un af¨¢n mercantilista. De hecho, se mostr¨® muy enfadado con la pel¨ªcula: ¡°Decid¨ª que no quer¨ªa que nadie en el DC volviera a contactarme. Eso fue lo que me hizo maldecir esta desgraciada pel¨ªcula y todo lo relacionado con ella.¡±
Un paso adelante
Con este panorama, m¨¢s la decepcionante miniserie ¡®Antes de Watchmen: Rorschach¡¯ de Azzarello, Tom King recibe el encargo de una miniserie de 12 n¨²meros, esas a las que parece haberse aficionado y en las que tan bien se mueve, sobre uno de los grandes protagonistas del c¨®mic de Moore: Rorschach. El personaje de Rorschach, inspirado en ¡®Question¡¯ de Steve Ditko, estaba destinado a ser uno de los malos de ¡®Watchmen¡¯, pero la gente tom¨® cari?o al psic¨®pata justiciero y se erigi¨® en la gran estrella de la obra.
En 2019 Damon Lindelof hab¨ªa retomado para la miniserie de televisi¨®n la iconograf¨ªa del personaje para convertirlo en el s¨ªmbolo de un grupo terrorista supremacista y llev¨® la historia 34 a?os al futuro (2019). Una buena narraci¨®n que complementaba al c¨®mic primigenio desde una perspectiva innovadora. Gibbons, coautor de Wacthmen, se mostr¨® satisfecho con este original enfoque.
As¨ª que Tom King prefieri¨® tirar de ese hilo, respetando tambi¨¦n los hechos narrados en la serie y a la que hace alg¨²n gui?o en sus vi?etas, para montar una historia de intrigas pol¨ªticas que se sit¨²a en 2020 en plena campa?a electoral a la presidencia de Estados Unidos.
Entre el miedo y la conspiraci¨®n
El asesinato fallido del candidato republicano durante un mitin por dos enmascarados, uno de los cuales va vestido de Rorschach, es el punto de arranque de un relato en el que King, exagente de la CIA, demuestra sus conocimientos sobre las alcantarillas de los partidos pol¨ªticos.
A trav¨¦s de 12 n¨²meros va colocando sin prisa las piezas de un puzle de una conspiraci¨®n que recuerda a pel¨ªculas pol¨ªticas de los 70 como ¡®Los tres d¨ªas del C¨®ndor¡¯ o ¡®Todos los hombres del presidente¡¯, ambas protagonizadas por Robert Redford y que es curiosamente el presidente de Estados Unidos en el c¨®mic.
El gran acierto de King es que no intenta reinterpretar la obra de Moore, crea su propio discurso en el que se logra un continuismo hist¨®rico en una sociedad que a¨²n vive traumatizada por el posible retorno de los calamares, pero en la que a la vez se ve el reflejo de la situaci¨®n estadounidense real: el auge del populismo, los grupos survivalistas, los poderes f¨¢cticos tras los partidos pol¨ªticos, el f¨¢cil acceso a las armas¡
Gran trabajo narrativo
King y Forn¨¦s muestran una gran maestr¨ªa a la hora de montar la narraci¨®n, utilizando estructuras arriesgadas que ofrecen incluso doble lectura. El ritmo va cambiando en funci¨®n de las necesidades de la historia, pasando por p¨¢ginas con mucho di¨¢logo a otras donde el dibujo llevo el peso. A mitad de la historia se opta por el g¨¦nero epistolar, que sirve para conocer los motivos que impulsan a los personajes a cometer el atentado. Dos almas rotas que recuerdan a los Mickey Knox y Mallory Wilson de Oliver Stone y Quentin Tarantino.
Y excelente en lo visual
El barcelon¨¦s Jorge Forn¨¦s es el encargado de poner los l¨¢pices en un trabajo m¨¢s que notable. Comenz¨® su andadura en DC en 2014, para cruzarse con Tom King en 2019 en la serie de Batman. Al igual que el ¡®Watchmen¡¯ se rige por una ret¨ªcula cuadrada, aunque no se circunscribe a las 9 vi?etas de aquella por p¨¢gina, combinando varias estructuras e incluso presentando algunas splash-pages de alto impacto visual. A diferencia de Gibbons cuyo trazo es m¨¢s fino, Forn¨¦s juega m¨¢s con las sombras, aunque tienen en com¨²n un dominio de la perspectiva y un estilo realista.
Otro detalle del talento del dibujante son las portadas, que comparten tambi¨¦n con las de Gibbons su intencionalidad. M¨¢s all¨¢ de su innegable valor art¨ªstico son un anticipo de lo que lector va a encontrarse luego en las p¨¢ginas de cada entrega. En el integral se han colocado las ilustraciones de las mismas sin letras para separar cada cap¨ªtulo y al final del tomo se presentan todas las que salieron m¨¢s algunas alternativas.
Conclusi¨®n
Tom King demuestra por qu¨¦ es uno de los grandes talentos del c¨®mic actual, crea una buena historia que sin parecerse nada a ¡®Watchmen¡¯ es capaz de rememorar parte de su esp¨ªritu. A ello se suma el excelente trabajo de Jorge Forn¨¦s, una de las grandes figuras del c¨®mic nacional.