Cine
Cr赤tica de The Equalizer 3: Denzel Washington acaba con el duelo por John Wick
La dupla entre Denzel Washington y Antoine Fuqua nos regala una tercera parte de la franquicia que lleva la acci車n a las costas de Italia y rivaliza con la saga de Keanu Reeves.
Ni una l芍grima m芍s. Se acab車 el duelo por la saga John Wick. Las viudas de Keanu Reeves, los cin谷filos que creyeron haberse quedado sin desfiles de cad芍veres y sin acci車n veraniega de la buena, de esa impartida por t赤os sosegados que le caen bien a todo el mundo, todos esos cin谷filos tienen ya un motivo por el que regresar a las salas de cine. Se trata del ex agente McCall, quien ha vuelto a sacar el traje de Batman de la guantera del Uber para establecer justicia a su manera. Esta vez su cruzada lo ha llevado hasta el sur de Italia, donde no es que se haya cruzado con la Mafia, sino que es la Camorra la que se ha cruzado con 谷l. Y aunque a迆n no lo saben, les quedan nueve segundos.
Nadie lo dir赤a, pero Denzel Washington es una persona normal y corriente, de las que se ponen los pantalones primero por una pierna y despu谷s por la otra. Lo decimos porque al actor, como a todos, el tiempo ha terminado alcanz芍ndole y a sus 68 a?os (69 en diciembre), hay pocas cosas que le queden por hacer en el mundo del cine. Y motivos para no retirarse tiene a迆n menos. Pero el caso es que de un tiempo a esta parte, su relaci車n con Antoine Fuqua es uno de ellos. De las ocho pel赤culas de Denzel en la 迆ltima d谷cada, cuatro han sido junto al director. Su amistad ha dado como un resultado un t芍ndem magn谷tico que recuerda a duplas como la de Olivier Megaton y Liam Neelson en la saga Venganza, o a la de Louis Leterrier y Jason Statham en la saga Transporter.
El c車ctel resultante es el que cabr赤a esperar. Estamos ante una pel赤cula de acci車n que empieza con una secuencia de infarto (en este caso puede que la mejor de toda la cinta) y que partir de ah赤 se lo toma con mucha calma. Como quien abre una buena botella de vino y espera unos minutos para que oxigene, meci谷ndolo despu谷s en su copa. Aqu赤, durante esos minutos previos a la cata, McCall es un sabio ancianito que va dando consejos por la vida y parece desvalido, pero todos los espectadores sabemos que no conviene meterse con 谷l y asistimos a expectantes a cada escena a la espera de que alguien lo haga, a que alguien se meta en la boca del lobo.
La gran diferencia con respecto a las anteriores entregas reside en que The Equalizer 3 se ambienta en el sur de Italia, hasta donde McCall se desplaza para ajustar cuentas con un hacker que ha robado el dinero de la jubilaci車n al 迆ltimo que se subi車 a su taxi. Lo que no sabe el personaje de Washington es que esta vez resultar芍 herido durante la misi車n y tendr芍 que pasar un tiempo recuper芍ndose en la regi車n de Campania. Escondido en un precioso pueblecito blanco a orilla del mar, en medio de acantilados sobrecogedores y escaleras descorazonadoras, el ex agente de la CIA tiene tiempo para pensar en todo lo que ha perdido y en todo lo que ha hecho. Un poco a lo western crepuscular.
Pero nada de reflexiones sesudas y grandes alegatos. La trama es secundaria. La fuerza de la localizaci車n y la presencia y el carisma de Denzel Washington sacan adelante la pel赤cula ellas solas, y por si alguien necesitara m芍s, la Cosa Nostra no tarda en tocar las narices a nuestro protagonista, quien no teme a nada ni a nadie. En ese sentido, The Equalizer 3 es un nido de t車picos y clich谷s tan exagerado como entra?able. Porque por supuesto encontramos a mafiosos comiendo espaguetis en la parte de atr芍s de un restaurante, gente que despierta con sangrientas sorpresas en su cama y mucho traje de gala ante el que se hacen propuestas irrechazables. Por no hablar de ese equipo de f迆tbol vestido con los colores del N芍poles saliendo a celebrar su copa por las calles, paralizando la vida de sus aldeanos, que se echan a celebrar entre bengalas y humo.
Aunque no buscaba la comedia, esto es sin duda lo m芍s divertido de toda la pel赤cula, la visi車n de Italia que se tiene desde Estados Unidos. En un momento dado de la cinta, un personaje invita a McCall a descubrir ※la verdadera comida italiana§ y se le lleva a pasear por el puerto. Una vez all赤, ambos se paran frente a un puesto de kebab como el que todos tenemos a dos calles de casa. Denzel se queda petrificado, maravillado. Abre los ojos y la boca tanto como puede y pregunta: ※?Qu谷 es esto?§. Su acompa?ante sonr赤e y dice, muy despacio, como si estuviera pronunciando una maldici車n mesopot芍mica, ※Se llama Kebab, ke-bab, es lo que cenaremos hoy§. Entonces los que sonre赤mos somos nosotros. ??S車lo en el pa赤s de las barras y estrellas podr赤an creer que el kebab es la gran tentaci車n de la cocina italiana!!
Por supuesto, este egocentrismo estadounidense se salda con la aparici車n de la CIA en su propia misi車n por la zona, pues todo el mundo sabe que el Arma de Carabinero est芍 comprado. Menos mal que tenemos a los norteamericanos para ayudarnos a todos. Aunque tampoco nos quejamos, pues su irrupci車n permite recuperar personajes de anteriores entregas y agita un poco el avispero, a?adiendo secuencias de acci車n, las cuales en esta ocasi車n nos han parecido m芍s espor芍dicas, pero igual de eficaces que siempre.
Por tanto, a迆n sin apenas argumento y ambientada en un mar de t車picos sobre Italia, The Equalizer 3 se las ingenia para mantenernos entretenidos. Denzel Washington tiene el magnetimos de los grandes del g谷nero y las secuencias de acci車n, aunque pocas y ef赤meras, son descarnadas y espectaculares. De Liam Neelson, de Keanu Reeves. Ver a McCall amenazar y derrocar el solo a un ejercito entero, o este caso a la Camorra, a veces es cuanto uno puede desear en una tarde de verano.